Mega blanqueo: sin dólares, no hay decisión

Una sola pregunta sobre sus cuentas offshore desnudó a Luis Caputo y expuso el sentido profundo del plan económico del gobierno: premiar la evasión, liberar al capital y empujar a la clase trabajadora al abismo. Mientras la economía real se derrumba y las reservas sangran, el experimento libertario abre las puertas al narcoestado y entrega soberanía a pedido del Norte.

25 de mayo, 2025 | 00.05

Luis “Toto” Caputo fue director del Banco Central y ministro de Finanzas durante el gobierno de Mauricio Macri y ahora es ministro de Economía con Javier Milei. Nunca, hasta el jueves, había tenido que responder una pregunta periodística sobre su patrimonio en guaridas fiscales y sus empresas offshore. Ahora uno entiende por qué no da entrevistas (excepto a voceros del gobierno) y hace todo lo posible por evitar una interpelación del Congreso: ante el primer cuestionamiento, el funcionario no pudo articular una frase sin ponerse nervioso y comenzar a contestarle de mala manera al periodista, Jon Heguier, de El Destape. Toto tiene el culo muy sucio.

En concreto Caputo y el vocero presidencial, Manuel Adorni, pasaron una hora tratando de convencer a la audiencia que evadir impuestos no solamente no es un delito (lo es) y no tiene nada de malo (sí tiene) sino que además quienes evadieron son héroes y el dinero evadido la víctima de un ultraje del Estado que merece una compensación. De ahí el “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros”. Y una sola pregunta, que el ministro ya sabía que iban a hacerlo, y para la que se había preparado, lo hizo saltar como leche hervida, echando por tierra el discurso construido hasta allí. Ya no se habló más de las medidas sino de la plata de Toto.

A tener en cuenta: este gobierno cada vez que habla desnuda su naturaleza. Miente todo el tiempo pero miente mal. La dificultad de verlo como realmente es responde más a algún tipo de negación por parte del observador que a un subterfugio suyo. El anuncio de “Reparación Histórica de los Ahorros”, en ese sentido, refleja el giro de La Libertad Avanza desde un lugar inicial antisistémico que le permitió hablarle a un electorado transversal hacia otro más tradicional, el de un partido antiperonista y pro-ricos más parecido a las experiencias de Mauricio Macri y Fernando De la Rúa, que también llegaron prometiendo ser algo distinto hasta que no.

La frase “Tus dólares, tu decisión” es tan reveladora que merece un ensayo en sí misma, tarea que me excede y otros sabrán hacer mejor. Pero sirve, para la finalidad de esta columna, destacar una de las muchas lecturas posibles: la confirmación de que el modelo de país que ejecuta el gobierno de Milei sólo ve como objeto de derechos a los propietarios, en este caso, de dólares. El que tiene ahorros es libre, el que no tiene ahorros y debe ganarse la vida laburando, muchas veces 10, 12 o más horas diarias, es todo menos eso. Una vez más queda a la vista la verdadera naturaleza del anarcocapitalismo: un sistema para liberar al capital.

La excusa del “pucho” de la clase media no es más que eso: una excusa. En primer lugar porque a esta altura del partido buena parte de la clase media con capacidad de ahorro ya gastó ese ahorro para sostener el nivel de vida. En segundo lugar porque los umbrales de control del fisco, los valores bajo los cuales las operaciones pasan bajo el radar, saltaron a niveles altísimos. Un ejemplo: los bancos tenían que reportar las transferencias de más de un millón de pesos. En un país donde el salario promedio es menos a eso, no es una cifra absurda, pero quizás estaba algo desactualizada. El gobierno no la llevo a cinco ni a diez sino a cincuenta millones.

Excepto que tengas planeado hacer transferencias de plata difícil de justificar por cuarenta mil dólares, esta medida no es para vos. El otro día un amigo me comentaba que era una pena que justo ahora que el dólar está tan barato, a él no le alcanza para comprar ninguno. Bueno, ese es exactamente el plan del gobierno: el dólar está barato porque el laburante no puede ahorrar nada entonces no compra dólares y eso plancha la demanda. Como en un capítulo de Scooby Doo, cuando se les quita la máscara, las “tres anclas” de la economía de las que habla Caputo (fiscal, monetaria y cambiaria) son una sola: el bolsillo de los trabajadores.

Y a pesar de haber explotado ese ancla tanto como es posible, los resultados no llegan. La inflación sigue en niveles similares a los de 2022, e impacta más fuerte en los sectores más bajos a partir de la suba, por arriba del promedio, de los servicios, los alimentos y el transporte. La inversión cayó, el desempleo subió, el consumo de productos básicos (carne, leche, yerba) está hundido y la actividad, por fuera de algunos enclaves como el agro y los hidrocarburos, en coma. Las medidas que buscan atraer dólares a como dé lugar no solamente no ayudan a resolver ninguno de estos problemas sino que agravan el panorama.

 

Crisis por todas partes

Lejos de la agenda al servicio del régimen que impulsan los canales de comunicación adictos, el país real se cae a pedazos: sólo en la última semana al menos una quincena empresas o sectores productivos en todas las regiones del país pasaron por algún tipo de situación de crisis, según detectó en sus redes sociales el politólogo Nicolás Tereschuk:

  • La industria del mueble es la que más cayó. En 2024 tuvo un retroceso del 18 por ciento, el doble que la industria en general, y este año no se ve recuperación. Muchas fábricas trabajan al 40 por ciento de su capacidad instalada y otras cerraron.
  • En Corrientes, la Forestadora Tapebicuá presentó un pedido de crisis preventiva y pidió suspender a 200 de sus 550 empleados, sin goce de sueldo, por tres meses.
  • Los productores yerbateros de Misiones se movilizaron este fin de semana a Posadas para visibilizar la situación del sector.
  • En Santa Fe la empresa Vassalli Fabril, especializada en maquinaria agrícola, no paga los sueldos ni los aportes de sus 300 empleados, que tienen tomada la fábrica. 
  • Molinos Río de la Plata, una de las grandes alimenticias del país, anunció despidos y bajas salariales en su planta de Esteban Echeverría, donde trabajan 200 personas.
  • El sector lácteo se cae a pedazos. Esta semana, en Verónica, los trabajadores frenaron la producción en protesta por la falta de pago de salarios y retención de aportes. Son más de 700 laburante en tres plantas, todas en Santa Fe.
  • La histórica fábrica de caramelos Lipo cerrará sus puertas. Un centenar de trabajadores no cobra su sueldo desde abril. En 2023 producían dos millones de caramelos por día y exportaban al Mercosur, Asia y Europa.
  • En San Juan, la fábrica de galletitas Tía Maruca se encuentra en un conflicto sindical por el retraso en el pago de salarios.
  • En Mendoza, petroleros de la empresa Aconcagua Energía pararon el miércoles para oponerse a despidos.
  • En el Ingenio Ledesma, en Jujuy, están en alerta y movilización por el despido de 235 trabajadores.
  • En Bariloche, la cadena internacional Seline abandonó las operaciones de un hotel sin previo aviso, dejando en la calle a 19 empleados.
  • En Mar del Plata, los despidos por goteo, el cierre de locales y la caída del consumo ponen al sector gastronómico en una situación de fragilidad inédita.
  • Viñas Riojanas, la cooperativa vitivinícola más grande de La Rioja, entró en proceso preventivo de crisis.
  • La fábrica de aviones FADEA también define por estas horas si ingresa en proceso preventivo de crisis.
  • Y por supuesto el conflicto en las empresas electrónicas de Tierra del Fuego, que después de una durísima medida de fuerza llegó a un impasse temporal por el compromiso de las empresas de no despedir trabajadores este año, mientras se forma una mesa de diálogo que buscará que el gobierno nacional revierta la medida de rebajar los aranceles a la importación de celulares, que compromete la continuidad de miles de puestos de trabajo y pone en cuestión la voluntad de Milei respecto al sostenimiento de la población de la isla, en un momento en el que su importancia geoestratégica es más alta que nunca antes.

 

No hay plata

A pesar de estar imponiéndole al país ese enorme costo, el plan económico de Toto sigue teniendo el mismo problema que el primer día. No hay dólares ni una forma genuina de conseguirlos en la cantidad que necesitan para que no se pinche la burbuja que montaron. Sólo parches. En junio del 24 los salvó China al postergar el pago del SWAP. En agosto tuvieron que implementar el blanqueo. Ingresaron al sistema más de 20 mil millones de dólares. En enero negociaron un repo por mil palos. En febrero tuvieron que salir a vender que el acuerdo con el FMI ya estaba cerrado. En marzo también, varias veces por semana. 

En abril salió el acuerdo con un desembolso masivo: 12 mil millones de dólares. Vino el secretario del Tesoro de Estados Unidos a Buenos Aires. Después de eso tuvo que salir no una, ni dos sino tres veces a decir que si la plata del FMI no alcanzaba, Donald Trump va a hacerle piecito a Milei para que no se caiga. No llegamos a junio y las reservas siguen sangrando. Acumulan siete jornadas consecutivas en rojo con una caída acumulada de 535 millones de dólares. El único plan de Caputo es endeudarse más; para eso necesita que el riesgo país baje hasta 400 puntos antes de quedarse sin dólares. Es una carrera contra su propia sombra.

Un efecto secundario (¿no deseado?) de esa carrera es que la Argentina se está convirtiendo en un paraíso narco. No van a controlar el origen del dinero en ninguna transacción ni a dejar registro de las transacciones de inmuebles y autos, desregularon la tenencia de armas, avanza la dolarización de la economía, se puede importar prácticamente de todo hasta la puerta de tu casa, incluso insumo o precedentes químicos de drogas o explosivos. El gobierno prepara un decreto para desregular también la aduana. Sin ningún tipo de reacción de la política o la sociedad están haciendo un daño que no puede revertirse.

El viernes los ministros de Economía y de Seguridad de Santa Fe, la provincia más expuesta al narcotráfico, dieron una conferencia de prensa en la que advirtieron que deberán “tener los ojos más abiertos que nunca” a partir de la decisión del gobierno nacional de “cerrar un poco los ojos y sacar controles”. Los funcionarios provinciales hablaron de “interrogantes” y dijeron que deberán “controlar que los flujos patrimoniales y financieros no terminen siendo aprovechados para solventar la actividad de las organizaciones delictivas”. La mayoría de los medios nacionales no cubrieron la noticia. Los que sí, titularon: “Santa Fe apoyó el nuevo blanqueo”.

 

Delivery

Milei dice que los evasores son héroes. Su gabinete, entonces, es la mismísima Liga de la Justicia. Pero pasan cosas raras en esta historieta: ¿no les llama la atención que el mismo día que el gobierno reparaba históricamente a los evasores los medios estuvieran todo el día con el circo de La Salada? Detuvieron al dueño de esa feria y otras en el barrio de Once, Jorge Castillo… por evasión fiscal y lavado. Y no precisamente para darle una medalla. Hay evasores y evasores, evidentemente, y muchos elementos dan cuenta de que la línea no la traza Milei, aunque sea el encargado de proteger como un perro guardián que nadie la traspase.

Tiene una explicación. En el ya célebre “Reporte sobre Barreras de Comercio Exterior” que hizo el gobierno de Donald Trump antes de lanzarse a una suba de aranceles histórica, en el capítulo argentino, bajo el título de ‘Protección de la Propiedad Intelectual”, figura explícitamente una preocupación por “los mercados físicos de La Salada y Barrio Once están ambos listados en la Revisión de Mercados Famosos por la Falsificación y la Piratería” que utilizan marcas de empresas yanquis para productos que no son originales. Bondades del nuevo régimen: la detención de Castillo fue un pedido que llegó por courier desde DC.

Lo mismo debe decirse del conflicto en Tierra del Fuego, cuyo régimen es mencionado también de forma explícita en el reporte del staff que precedió al último acuerdo. Allí se apunta contra las “exenciones fiscales (incluyendo las que apoyan la producción de regiones como Tierra del Fuego)”. Como dejó en claro la adenda del Presupuesto 2024 que presentó en su momento Sergio Massa, existen 4,5 puntos del PBI dedicados a esas exenciones fiscales, de los que el régimen de la industria electrónica fueguina sólo explican el 0,2 por ciento del producto. Es muy difícil, por no decir bastante estúpido y dañino, no ver algo más detrás de eso.