Efectivos de seguridad cercaron los alrededores del Congreso a la espera de una nueva marcha de jubilados contra el gobierno del presidente Javier Milei. El mismo día que el Gobierno de Estados Unidos intervino nuevamente en el mercado de pesos argentinos, fuerzas policiales organizaron un desproporcionado operativo de seguridad.
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La semana pasada, avanzaron con escudos y gases lacrimógenos contra los manifestantes y detuvieron al menos a tres personas, incluido un integrante de la organización Jubilados Insurgentes. "Son todos cobardes, defienden a los narcos, esa es la Policía", gritó el jubilado Víctor Amarilla mientras se lo llevaban los policías.
Tras la movilización, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires publicó un informe con críticas al operativo. "Nuevamente, se registró un despliegue excesivo de las fuerzas de seguridad nacionales y locales frente a la magnitud y las características de la manifestación", explicó la Defensoría, que remarcó el "uso de la fuerza ejercido por la Policía de la Ciudad en forma ilegítima, desmedida y sin justificación contra manifestantes, entre ellas personas pertenecientes a grupos vulnerados como son las adultas mayores". "En el contexto de la movilización, se observaron detenciones en principio arbitrarias que, como los golpes y el uso de gas pimienta, buscan desalentar la protesta social", añadió.
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