Las impactantes muestran de respaldo popular que siguieron a la condena a Cristina Kirchner sacudieron el tablero político. El peronismo se encuentra movilizado y en las calles, con CFK en el centro de la escena. Ante la pregunta de cómo se reorganizaría el partido con su principal dirigente proscripta y en prisión domiciliaria, desde el sector que lidera Máximo Kirchner - quien preside el PJ Bonaerense- y el Frente Renovador de Sergio Massa anunciaron que a partir de este martes harán reuniones en la sede del PJ Nacional con los representantes de los partidos que integran Unión por la Patria para definir la alianza electoral que inscribirán antes del cierre del 9 de julio en la provincia de Buenos Aires, casi seguro bajo la denominación "Peronismo". No está convocado el Movimiento Derecho al Futuro del gobernador Axel Kicillof, en una muestra de las tensiones que persisten, pero esperan que se sume luego al momento de definir las candidaturas. La misma negociación resolverá las listas para los comicios de septiembre y octubre.
El interrogante sobre el "día después" era algo que se venía conversando en voz baja entre la dirigencia peronista luego de conocida la decisión de la Corte Suprema. Cómo se reordenaría el justicialismo sin la presencia de Cristina, presidenta del PJ Nacional. La multitudinaria movilización a la Plaza de Mayo, a la que siguió un "banderazo" en Parque Lezama, en ambos casos con audios de la ex presidenta escuchados en absoluto silencio por la militancia, reflejaron la relevancia que mantiene la figura de Cristina para el peronismo. Fue notorio cómo su hijo Máximo modificó su habitual bajo perfil para tomar un nuevo protagonismo con apariciones periódicas en medios y actos, con la intención de tomar su reemplazo o convertirse en la voz de la ex presidenta fuera de los contornos de San José 1111. "Ahora nadie puede dudar de que Cristina y Máximo son lo mismo", afirmaba un dirigente alineado en el cristinismo.
En esa dirección, se resolvió armar una mesa en la sede de la calle Matheu -que quieren que siga abierta y funcionando como principal centro de actividades- para resolver la arquitectura de la coalición que debe inscribirse en 20 días en la justicia electoral bonaerense. Patria Grande de Juan Grabois, Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella y el Partido Solidario de Carlos Heller, estarán entre las fuerzas convocadas. Los apoderados del PJ, Gerónimo Ustarroz y Patricia García Blanco, y los del Frente Renovador, Eduardo Cergnul y Sofía Vanelli, ya recibieron las instrucciones para que definan el estatuto interno y demás cuestiones legales. La idea de Massa de que se denomine simplemente "Peronismo", como símbolo de lo popular en Argentina ante el modelo antipopular de Javier Milei. Los partidos aliados, en principio, estarían de acuerdo.
El sector de Kicillof no fue invitado a formar parte de estos encuentros iniciales. Cerca de Máximo explicaban que, en realidad, eso era así porque no se trataba de otro partido como los de Grabois o Sabbatella, sino de un sector interno del PJ Bonaerense. Que luego sería convocado al momento -se supone que inmediatamente posterior- de discutir la conformación de las listas. Adelantaban que habrá una sola discusión que definirá las candidaturas para la elección provincial de septiembre y la nacional de octubre. Posibles nombres dan vuelta de uno y otro lado. El propio Máximo le bajó el tono a la posibilidad de que reemplace como candidato a su madre en la boleta a diputados de la Tercera sección electoral. Dio a entender que parecería un aval a la proscripción de Cristina.
Desde la gobernación no tomaron bien la novedad de la reunión que, aseguraban, se enteraron a través de los medios. En el entorno de Kicillof se remitían a lo que el gobernador conversó con Cristina durante su encuentro previo a la condena. Allí consensuaron que se abriría una mesa con delegados de uno y otro sector, y que el Movimiento Derecho al Futuro sería una de las partes. Desde La Cámpora replicaban que todo lo que se pudiera haber charlado antes de la decisión de la Corte Suprema quedaba antiguo dado todo lo que sucedió luego y la dimensión que adquirió la figura de la ex presidenta. En el entorno de Axel rechazaban esta idea y replicaban que resultaba poco serio que arrancaran las conversaciones sin repetar lo que se pactó en el último encuentro. Por otro lado, si bien reconocían el extraordinario nivel de apoyo recogido por CFK -el MDF participó en pleno de la movilización a Plaza de Mayo-, consideraban que era la reacción emotiva a la persecución, pero que de ahora en adelante se iría apaciguando hasta encontrar su cauce.
Con todo, mantenían la idea de la unidad. Evaluaban que las negociaciones que arrancarían el martes eran aceptables si el camporismo, el massismo y sus aliados se consideraban un sector y el de Kicillof fuera el otro con el que negociarían más adelante. Los dirigentes agrupados de la línea "dura" de Axel subrayaban que el movimiento del gobernador es mayoritario en la Provincia porque lo apoyan más de 40 intendentes mientras que los otros sectores tienen la mitad o menos aún. "Además, Máximo está peleado con la mayoría de los intendentes. Aún si quisiera presentarse como candidato le va a costar conseguir consenso", aseguraban desde La Plata. También ponían en duda la posible postulación de Massa, porque decían que en las encuestas mostraba una alta imagen negativa.
"Unidad, unidad y unidad", aseguraba el diputado provincial y presidente del Frente Renovador bonaerense, Rubén Eslaiman, que había sido la directiva que había recibido de parte de Massa para encarar las negociaciones con los partidos aliados para la que fue designado junto al legislador camporista Facundo Tignanelli. Consideró "obvio" que el sector de Kicillof será convocado luego. "Es la principal figura institucional de la Provincia, por supuesto que estará en las conversaciones para la definición de las listas", agregó Eslaiman. Cerca de Máximo Kirchner consideraban que, justamente, debían iniciarse las conversaciones cuanto antes para dejar de discutir a través de los medios y con teléfono descompuesto. "No hay intención de dejar a nadie afuera", aseguraban.
La campaña "Cristina Libre", adelantaban, seguirá en paralelo a lo que en breve será la campaña electoral bonaerense. Impulsarán un capítulo internacional -en unos días la visitará Lula- y seguirán con actos en el país como el del viernes en Parque Lezama. La discusión sobre el liderazgo del peronismo, decían, ya era un debate viejo dados los sucesos de los últimos días y convenía discutir para adelante. En lo que todos coincidían era que luego de definir el marco de alianzas había que poner sobre la mesa las listas bonaerenses de septiembre y las de diputados en octubre, para que quien no se sintiera reconocido en unas podría reclamar en la otra y así buscar que queden todos conformes. A primera vista parece un acuerdo difícil, pero muy pronto podrá verificarse si es así en los hechos.