En lugar de poner paños fríos sobre una situación por demás compleja, el gobierno de Javier Milei decidió echar más nafta sobre los hospitales Garrahan y Posadas en medio de importantes recortes y la inexistente recomposición salarial ofrecida para sus trabajadoras y trabajadores. Según pudo saber El Destape, residentes de ambos establecimientos recibieron telegramas con posibles sanciones en caso de no levantar la medida de fuerza. Entre ellas, la pérdida de sus puestos de trabajo y de formación. “No nos dejen solos”, fue el pedido desesperado de los jóvenes residentes del Garrahan a quienes amenazan con despidos, mientras toda la planta de ese hospital salió a las calles este jueves otra vez contra el ajuste libertario.
“Residentes levantan el paro y retoman sus lugares de trabajo”, informaron desde las cuentas oficiales del Garrahan durante la noche del miércoles. En esa línea, la administración aseguró que los servicios “comenzaron a normalizarse” y remarcó que “se dispuso una mejora en los ingresos por beca que perciben los profesionales en formación”, algo que el personal no ve reflejado en sus salarios. A su vez, apuntaron que es un “requisito esencial” el cumplimiento de la asistencia y por eso, aplicaron un sistema biométrico para dicho control. “Bajo ningún punto de vista, el hospital evaluó reemplazar a los médicos residentes”, indicaron; mientras que afirmaron que las medidas de fuerza son mantenidas “por motivos políticos y defensa de intereses ajenos” a la institución.
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Lo que evitaron decir, desde las autoridades del hospital pediátrico, es que en el proceso de supuesta negociación, amenazaron con importantes sanciones y posibles despidos a las y los residentes que luchan por una mejora salarial. “Nos vimos obligados a retomar nuestras actividades habituales a pesar de nuestra convicción de continuar con las medidas de fuerza por una recomposición salarial. Les pedimos que, en estos momentos de angustia, no nos dejen solos”, expresaron en un cruel y duro mensaje compartido a través de redes sociales.
De esta manera, el paro “indefinido” se vio atravesado por la actitud violenta y antidemocrática del gobierno libertario, que ya quiso atentar contra el derecho a la huelga y que, a su vez, amenazó con vetar el aumento jubilatorio y de la extensión de la moratoria, ambos aprobados por la Cámara de Diputados.
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Posadas: mismo apriete y bono
Durante la mañana de este jueves, como si no existiese intención alguna de ocular la sincronización entre las autoridades de ambas instituciones, las y los residentes del Hospital Prof. Alejandro Posadas recibieron un mensaje similar por parte de la Dirección Ejecutiva. “Se comunicó la decisión de utilizar recursos propios para mejorar los ingresos que perciben por el desempeño de su trayecto formativo. Esta decisión es posible gracias a que la administración que se ha llevado adelante en los últimos meses, se puso como objetivo restaurar el orden institucional y optimizar los recursos para mejorar las condiciones laborales de los profesionales”, señalaron en el comunicado que utiliza los mismos términos y modismos que observan en el Garrahan.
Según pudo confirmar este portal, horas atrás, autoridades del Posadas y Nación intentaron desactivar el efecto dominó que generó el conflicto en el Garrahan y ofrecieron un bono interno similar, que fue rápidamente desestimado por las y los residentes. “Estamos esperando tener un aumento de sueldo, esperamos la oferta del Ministerio de la Nación. Esto suma, pero está distando mucho de lo que necesitamos”, sostuvieron firmemente.
“Consideramos oportuno advertir que, a partir de la oferta notificada en el día de ayer (martes, 4 de junio), se deberán revertir las medidas de fuerza anunciadas que puedan interrumpir el normal desarrollo de las tareas profesionales, para evitar futuras sanciones”, completaron en una clara amenaza que atraviesa a todos los trabajadores de salud de la Nación. “Nos llegó a todos”, confirmaron, con claro temor y miedo, los residentes a este medio.
Luego de la Asamblea de Residentes y ante la ausencia nuevamente del Ministerio de Salud de la Nación, desde el Posadas confirmaron a este medio que "se ha llegado a un acuerdo verbal -con la dirección ejecutiva del hospital- para el levantamiento del paro del próximo martes 10 de junio", anunciado horas atrás. "Se obtuvo el compromiso de la apertura de un canal directo con el Ministerio y el pago de un bono mensual, de carácter no remunerativo, destinado a todos los residentes", añaden. Dicho bono, había sido rechazado durante la jornada del miércoles. Queda a la vista que el “acuerdo verbal” no es más que una situación unilateral bajo amenaza, antecedida por el despido de casi 300 personas de planta durante la gestión libertaria.
"Dejamos en claro que esta medida no soluciona el conflicto de fondo y que nos mantenemos en alerta y en asamblea permanente, expectantes de la voluntad de diálogo para una solución definitiva", sentenciaron. La idea es clara, remarcaron en el comunicado: que funcione como “una compensación de emergencia, hasta tanto se garantice la recomposición salarial” que demandan.
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Hasta el momento, lo único ofrecido por el Gobierno nacional fue un bono mensual de -alrededor de- 300 mil pesos pero que no es remunerativo; es decir, que no será parte del salario (que seguirá con un valor fijo) y este dependerá de las autoridades que se encuentren en dicho momento al frente de los establecimientos. “Buscan dividir la lucha. No somos un sólo hospital, somos todos los hospitales que dependemos del Ministerio. Con estos bonos, sólo buscan profundizar la desigualdad”, se quejaron los residentes.
La lucha sigue en pie en el Garrahan
Desde el Garrahan explicaron que los residentes son médicos recibidos “en formación, con especialidad en pediatría” y que luego de estudiar casi una década, rindieron un examen único para ingresar a la residencia a través de “una orden de mérito”. Rápidamente, los jóvenes se transforman en la primera línea de atención en las diferentes áreas; razón por la cual, la amenaza de despedir a todos los residentes es -sin lugar a dudas- un golpe letal al funcionamiento del hospital público. “Cumplimos jornadas extenuantes de hasta 70 horas semanales, percibiendo un salario para el residente de primer año de 797 mil pesos mensuales; es decir, debajo de la línea de pobreza”, detallaron.
“Esta reincorporación no implica la renuncia al reconocimiento de la legitimidad de nuestro reclamo apartidario. Esta medida ratifica el compromiso que mantenemos con nuestra labor y con la continuidad de la residencia médica del Hospital Garrahan. Nuestro recibo de sueldo sigue siendo el mismo. Apelamos a la voluntad de las autoridades de mantener una mesa de diálogo fluida y permanente. Pedimos un salario justo que nos permita trabajar y vivir dignamente por y para niños, niñas y adolescentes”, se lee en el comunicado del Garrahan.
En las últimas horas, se llevó adelante una multitudinaria asamblea en Pichincha 1890, donde las y los trabajadores no-residentes del hospital pediátrico exigieron la renuncia del Consejo de Administración -integrado por la presidente Soraya El Kik y los consejeros, Jorge Menehem, Roberto Dalmazzo y Oscar Pérez-. Mientras que, por otro lado, decidieron continuar con el “fuerte paro” del personal de planta en apoyo a residentes, que ya comenzó y se extenderá hasta este viernes a las 7 de la mañana.
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“Los trabajadores y trabajadoras manifestaron su completo rechazo a las extorsiones contra residentes, que fueron amenazados con despidos. Luego de una audiencia en la Secretaría de Trabajo bochornosa, en la cual no hubo ofrecimiento alguno por parte del gobierno, el conflicto se profundiza. A las 12.30 de este jueves, nos movilizamos hacia la Plaza de Mayo. Y siguen votadas jornadas de paro de 7 horas el sábado y por 48 horas la semana próxima, el martes 10 y miércoles 11”, comunicaron.
Mientras tanto, los ataques desde el mileísmo no cesan. “El Garrahan tiene 953 empleados administrativos y sólo 478 médicos de planta”, dijo el vocero Manuel Adorni hace unas semanas. El dato, era falso: el 68% del hospital está integrado por profesionales de nivel asistencial. “Han politizado la situación, los recursos son escasos. Son empleados dibujados por el kirchnerismo, eso quita recursos. Son ñoquis que le filtran los recursos a gente que no trabaja”, sumó el propio presidente Milei.
Lo cierto es que el Garrahan se planta y le hace frente al Gobierno, mientras espera que los demás hospitales nacionales acompañen en la búsqueda de un salario digno.