Después de las elecciones legislativas, la UCR se prepara para elegir a las nuevas autoridades del Comité Nacional. Los comicios internos estarán marcados por un proceso de reacomodo parlamentario, tras la reducción de bancas radicales a partir del 10 de diciembre. El proceso contará también con los resultados del 26 de octubre en cada provincia, con gobernadores que lograron victorias en sus distritos en alianza con Javier Milei y uno solo - de tres - que desde el armado de Provincias Unidas quedó arriba de La Libertad Avanza.
Luego de dos años de gestión, vence el mandato de Martín Lousteau al frente del partido centenario. Fueron dos años complejos, atravesados por una crisis generalizada de los partidos políticos. En ese proceso, el bloque boina blanca en Diputados se unificó inicialmente, pero luego se dividió en tres producto de las diferencias internas a la hora de pensar la relación con la Casa Rosada. Tan insalvables fueron esas distancias que en las elecciones nacionales primó la lógica de la libertad de acción y cada provincia buscó la mejor alianza para concurrir a las urnas.
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Se da por sentado que los gobernadores radicales de Provincias Unidas – Gustavo Valdés de Corrientes, el santafesino Maximiliano Pullaro y el jujeño Carlos Sadir – propondrán un candidato propio para la conducción. Por ahora, el más solicitado es el mandatario correntino, aunque él dejó trascender que no le interesa el cargo. La postulación de otra figura podría funcionar como incentivo para consolidar la opción proveniente del litoral.
Mientras tanto, el partido aún no logró reordenarse en el Congreso, pero podría mantenerse un esquema con tres bloques radicales distintos: la UCR oficial, los radicales con “peluca” que aún no se fusionaron con La Libertad Avanza, y Ciudadanos Unidos, liderados por Martín Lousteau, la nueva incorporación de la Cámara Baja.
Por el sector de Alfredo Cornejo, vencedor en Mendoza, donde La Libertad Avanza alcanzó su mejor resultado, suenan Pamela Verasay y Lisandro Nieri como posibles cabezas de bloque, aunque Verasay podría no contar con el apoyo interno necesario debido a su candidatura violeta. Sin embargo, si el espacio centenario logra reincorporar dirigentes de otras provincias - como podrían ser los legisladores jujeños -, esa posición podría quedar para otra figura del interior.
La conducción del bloque quedará definida el 10 de diciembre con la salida de Rodrigo de Loredo, quien no participó en ninguna boleta porque, según explicó, no estaba dispuesto a aceptar las condiciones que La Libertad Avanza propuso para conformar un frente electoral. En declaraciones a TN, confirmó que dedicará los próximos dos años a su candidatura a gobernador de Córdoba, con la intención de evitar desprolijidades.
Lo que sucederá con Pablo Juliano, hasta ahora presidente del bloque Democracia Para Siempre, sigue siendo una incógnita. No regresaría a un bloque oficial de la UCR cercano al gobierno, pero también mantiene distancia con el espacio de los gobernadores y Lousteau (su aliado, Facundo Manes, había cerrado alianza con ellos en la Ciudad, pero todo se rompió abruptamente). Una posibilidad es conformar un espacio aparte, un frente opositor con otros diputados de centro visiblemente contrarios a las medidas de Milei. Otra opción sería lograr un reagrupamiento radical, con dirigentes de distintas regiones, para intentar una convivencia.
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En el Senado, Eduardo Vischi parece encaminado a mantener el puesto de jefe de bloque que ocupa actualmente y se espera que el espacio muestre orden, como en los últimos tiempos. La bancada quedará con un total de nueve bancas, manteniéndose como uno de los interlocutores clave para el gobierno.
Otro aliado obligado de La Libertad Avanza es el PRO. Al igual que en Diputados, en la Cámara Alta no hay señales de formar un interbloque con el espacio que liderará Patricia Bullrich desde el 10 de diciembre. Sin embargo, se espera que continúe el trabajo conjunto con objetivos comunes para lograr el “cambio” propuesto por ambas fuerzas.
A diferencia de lo ocurrido en la Cámara Baja, en el Senado el PRO no espera perder ni ganar legisladores. Tras las elecciones, el único cambio fue la salida de Carmen Álvarez Rivero, la única legisladora amarilla que acompañó al gobierno en todas las votaciones sin diferencias. Con su partida, el macrismo quedó con cinco bancas, que se espera conservar. En Diputados, en cambio, todavía pueden producirse fugas o incorporaciones.
