La Administración de Parques Nacionales (APN) ofrece una recompensa de $ 250 millones para quienes puedan aportar datos que permitan identificar a los responsables de la desaparición de Acaí, la yaguareté que había sido liberada en el Parque Nacional El Impenetrable a principios de octubre en el marco del Proyecto de Suplementación de la especie en el área protegida.
Las autoridades denunciaron su desaparición a inicios de noviembre. El hecho encendió las alertas de los equipos de conservación y desencadenó una investigación judicial, aún en curso, destinada a esclarecer las causas del hecho y determinar posibles responsables.
La búsqueda de Acaí movilizó a los equipos de la Fundación Rewilding Argentina (FRA), a las autoridades provinciales y a la jurisdicción de la Justicia Federal, quienes articulan acciones para mejorar las estrategias de protección, seguimiento y repoblación de la especie en los parques nacionales y zonas lindantes.
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Hace unos días, la APN había presentado un informe ante el Juzgado Federal de Sáenz Peña que cuantifica el daño ambiental en $ 2.673.280.260. Desde que inició la investigación, se han usado todos los recursos disponibles, incluida la realización de allanamientos y la incautación de celulares en distintos puntos de la zona. Hasta el momento no fueron encontrados el collar localizador ni el cuerpo de la yaguareté.
“Creemos que la mataron y tiraron el collar al río”, explicó Sebastián Di Martino, director de Conservación de Rewilding Argentina, en diálogo con Infobae. Esa es una de las hipótesis que maneja el fiscal federal Carlos Amad, quien se encargó de aclarar que él busca al animal vivo.
Qué pasó con Acaí
La felina formaba parte de un proyecto de suplementación de la especie en el área protegida, desarrollado junto con la Provincia del Chaco y la FRA. Los especialistas siguieron los movimientos de Acaí durante 20 días. Todo evolucionaba según lo planificado hasta que el pasado 25 de octubre, según los reportes técnicos de la FRA, se generó la última señal emitida por el dispositivo de rastreo desde un punto cercano al río Bermejo, situación que movilizó a los equipos de campo en un operativo de búsqueda para localizar a Acaí.
El ejemplar nació en silvestría en el Parque Nacional Iberá, en los esteros correntinos, y es media hermana por parte de padre (Jatobazinho) de la hembra llamada Miní, que también habita libre en el área protegida como parte de las acciones para la recuperación poblacional del yaguareté en el Gran Chaco argentino.
Tenía un collar de monitoreo satelital (VHF y GPS), que permitió seguir sus desplazamientos y condiciones durante las semanas posteriores a su liberación. En ese período, Acaí se desplazó hacia el paraje Los Manantiales, bajo un monitoreo constante del personal técnico de APN, la Dirección de Fauna provincial y la FRA. Su liberación representó un "hito trascendental en la restauración ecológica de la región", ya que no existían registros confirmados de hembras silvestres ni de nacimientos en el área desde la década de 1990. Su presencia resultaba clave para restablecer la viabilidad reproductiva de la especie en la zona y revertir su crítico estado de conservación.
