Durante años, quitarse una verruga fue sinónimo de dolor, marcas y riesgo. Sin embargo, la cirugía estética moderna desmiente esos temores. La especialista Gendrinex Ramírez, fundadora de Beauty House en Florida, explica que los avances tecnológicos y las nuevas técnicas cambiaron por completo la forma de eliminar estas lesiones de la piel. “Hoy el procedimiento es rápido, seguro y prácticamente indoloro”, asegura.
La eliminación de verrugas dejó de ser un tema tabú y se convirtió en parte de las tendencias actuales de belleza y salud dermatológica. “Los pacientes ya no buscan solo verse bien, sino entender el proceso”, afirma Gendrinex. En sus consultas, combina información médica con acompañamiento emocional, un enfoque que la posiciona como referente en procedimientos de cirugía estética mínimamente invasivos.
Los dos mitos sobre sacarte verrugas que deberías saber
Mito 1: “Sacarte una verruga duele y deja cicatriz”
Uno de los miedos más comunes sigue siendo el dolor. Pero, según Ramírez, eso pertenece al pasado. “Siempre aplicamos anestesia tópica antes del tratamiento. El paciente no siente molestias y la recuperación es rápida”, aclara. El procedimiento más utilizado es la cauterización, una técnica precisa que elimina el tejido afectado en minutos. Con los cuidados adecuados, la piel cicatriza sin dejar marcas visibles.
Mito 2: “No vale la pena, pueden volver a salir”
El segundo mito tiene que ver con la recurrencia. Si bien algunas verrugas pueden reaparecer, la especialista destaca que eso depende de la causa y de los cuidados posteriores. “Cuando el origen está relacionado con el VPH, recomendamos la vacunación para evitar nuevas apariciones”, explica. Además de mejorar el aspecto estético, retirarlas también previene molestias y evita que se multipliquen.
Consejos para después del tratamiento
Ramírez recomienda mantener la zona limpia, aplicar las cremas indicadas y evitar la exposición al sol durante los primeros días. Con esas precauciones, la recuperación es completa y sin complicaciones. “La clave está en la información y en elegir un profesional calificado. Cuando el paciente entiende el proceso, el miedo desaparece”, concluye.
