Tener la casa limpia sin esfuerzo: así es el método "Staddäg" que se usa en países nórdicos para tener la casa impecable

Qué es el método "Staddäg", el truco de limpieza de los países nórdicos para mantener la casa limpia sin limpiar todos los días.

25 de noviembre, 2025 | 14.45

El método de limpieza llamado "Staddäg" que se popularizó en muchos países del mundo, especialmente en los nórdicos, para mantener la casa limpia sin hacer demasiados esfuerzos es cada vez más usado. Es ideal para aquellas personas a las que no les gusta limpiar y les parece una tarea muy tediosa de mantener en el tiempo.

Limpiar la casa puede ser todo un desafío, especialmente cuando uno vuelve cansado del trabajo sin tiempo ni energía para dedicarle a la limpieza. El "Staddäg" es una filosofía de vida que prioriza el bienestar, la comunidad y el orden. Es por esto que se puede aplicar a la limpieza para mantener la casa impecable.

Cómo es el método "Staddäg"

El "Städdag" se basa en la idea de que si el orden y la limpieza se integran de forma natural en la rutina, no es necesario dedicarle horas ni un gran esfuerzo. La clave está ser consistente y disciplinado para dedicarle un ratito todos los días.

En algunos países como Suecia, es muy común que cada miembro de la familia tenga su rol. Por ejemplo, uno se encarga de limpiar y ordenar la cocina, otro el baño y otro las habitaciones. Así, se mantiene la casa en equilibrio y evita que se acumulen las tareas hogareñas, generando un gran estrés.

Además, parte de esta filosofía de vida consiste en no acumular objetos sino donar lo que ya no se usa y reciclar todo lo que se pueda. De esta forma, se reduce el estrés visual y hay menos cosas para limpiar, generando una mayor sensación de amplitud y calma en los espacios de la casa.

Cómo aplicarlo en el día a día

Cada casa adapta el "Städdag" a su ritmo, no es necesario que empieces de golpe. Empezar con pequeños pasos puede ser una muy buena manera para que no pierdas la motivación.

Lo importante es que todos los miembros de la casa participen y sean consistentes. Podés empezar por tareas chiquitas: hacer la cama unos minutos después de levantarte, ventilar las habitaciones todos los días, lavar los platos justo después de comer, ordenar tu ropa antes de irte a dormir.

Lo importante es que no se te acumule todo lo que tengas para limpiar y ordenar, de manera que no te resulte una carga pensar en que lo tenés que hacer. Estos pequeños hábitos, si se sostienen en el tiempo, pueden generar grandes cambios en tu casa y en tu estilo de vida.