Una importante fábrica de cerámicas vive un duro momento producto de la crisis económica que generaron las medidas del gobierno de Javier Milei y volvió a despedir trabajadores.
Se trata de Cerámicas Cortines que tiene más de 50 años en el mercado argentino, pero en el 2025 entró en una crisis de la que no logra salir y que la lleva a frenar la producción y reducir considerablemente su plantel.
En esta ocasión fueron cerca de 70 los trabajadores despedidos, 65 obreros que estaban bajo convenio y 5 jefes de sectores. Según afirmaron las desvinculaciones fueron realizadas de manera informal.
Esto se suma a los 65 despidos en junio lo que lleva a 135 las desvinculaciones en un trimestre, lo que marcaría una reducción del 40 por ciento de la planta. También durante el año la firma llevó adelante la suspensión de empleados con reducción salarial y paralizó la producción por las bajas ventas durante más de tres meses.
"La empresa quiere despedir, pagando lo menos posible de indemnización, en cuotas, además de que sigue sin pagar los salarios adeudados. Ellos quieren achicarse y que el costo lo paguen los empleados", expresó uno de los trabajadores durante un reclamo que realizó un grupo de operarios en la puerta de la planta.
La crisis golpea fuertemente al sector de la construcción
Desde la llegada de Javier Milei al gobierno la situación de la empresa se complicó y en este 2025 se profundizó la crisis. El freno de la obra pública y el aumento de los costos afectaron duramente a todo el sector de la producción. En los últimos tres años cayeron un 57 por ciento las ventas de la empresa pasando de 11.175.000 metros en 2021 a 4.840.000 metros en el último año. El 2025 no es la excepción y las proyecciones son negativas.
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Ante esta situación a finales de abril la firma presentó ante el Ministerio de Trabajo bonaerense un procedimiento preventivo de crisis por 180 días, que incluyó retiros voluntarios, pago de indemnizaciones en cuotas y una reducción del 40 por ciento de su personal en la planta de Luján.
Esta presentación fue rechazada por la Provincia de Buenos Aires, pero de todas maneras la firma avanzó con el plan de reducción de su planta. Por su parte los operarios expusieron su difícil situación ante el Concejo Deliberante Local señalando que la caída del consumo y la recesión pusieron en jaque su futuro.