Un estudio científico de este 2025 volvió a encender el debate sobre el pasado de Marte y aportó la evidencia más convincente hasta ahora de que el planeta rojo tuvo un gigantesco océano que cubría buena parte de su hemisferio norte. La investigación, liderada por Jianhui Li y Hai Liu, de la Guangzhou University, junto con Guangyou Fang, del Chinese Academy of Sciences, analizó datos subterráneos obtenidos por el rover chino Zhurong y encontró señales profundas de estructuras sedimentarias formadas por olas y mareas.
Desde hace años se sabía que Marte compartía varias características con la Tierra: estaciones, ciclos día-noche y formaciones geológicas que sugerían la presencia pasada de agua líquida. Pero hasta ahora, las pruebas que apuntaban a un océano marciano tenían grietas: diferencias en elevación de supuestas líneas costeras, erosión, impactos de meteoritos y depósitos de polvo que distorsionaban el registro geológico.
El avance clave llegó con Zhurong, que aterrizó en Utopia Planitia en 2021. Durante su misión, antes de quedar en hibernación en mayo de 2022, recorrió casi dos kilómetros y utilizó su radar de penetración subterránea RoPeR, diseñado para detectar estructuras enterradas entre 10 y 100 metros de profundidad. Lo que encontró fue impactante: 76 capas inclinadas distribuidas a lo largo de 1,3 kilómetros, todas orientadas hacia las tierras bajas del norte marciano, exactamente donde se creía que había existido un gigantesco océano.
Según detalla el equipo de Li, Liu y Fang, estas capas presentan inclinaciones de entre 6° y 20°, rangos que coinciden con los depósitos costeros que se observan en playas terrestres estudiadas con radar. Además, la repetición de estas capas en distintos niveles, su orientación uniforme y la geometría paralela entre sí son características típicas de ambientes donde actúan las mareas, el oleaje y el transporte de sedimentos.
El estudio también descarta otros posibles orígenes: no se observan características propias de dunas enterradas, ni señales compatibles con flujos de lava, ni rasgos de antiguos ríos en superficie. Incluso se identificaron estructuras que recuerdan crestas de playa, lo que refuerza la idea de un litoral activo durante un largo período.
Para los investigadores, todo indica que el océano marciano fue estable y duradero, y que las olas distribuyeron arena y grava durante millones de años, en un ambiente mucho más cálido y húmedo que el Marte actual. Con el tiempo, ese cuerpo de agua se habría retirado y sus sedimentos quedaron cubiertos por regolito, preservando un registro subterráneo clave para reconstruir la historia climática del planeta.
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Qué significa que Marte habría tenido un océano
La confirmación de estructuras costeras enterradas cambia por completo la escala temporal en la que pudo haber existido agua en estado líquido en Marte. Si el planeta tuvo un océano de largo alcance, alimentado por ríos distantes y capas sedimentarias superpuestas, entonces las condiciones para la vida microbiana habrían sido mucho más favorables y duraderas de lo que se pensaba.
Además, un océano estable implica un clima marciano capaz de sostener un ciclo hidrológico, con evaporación, precipitaciones y transporte continuo de sedimentos. En términos científicos, esto acerca al Marte antiguo a la Tierra primitiva, donde los océanos jugaron un papel central en el desarrollo de la vida.
