Feminismos y transfeminismos se reúnen en Corrientes para seguir haciendo historia

Aun en un clima en que estos movimientos sociales fueron tomados como chivos expiatorios por el gobierno de ultraderecha de Javier Milei, los Encuentros Plurinacionales no se detienen y siguen elaborando estrategias no solo para poner límites a la avanzada neconservadora sino también para diseñar colectivamente un mundo con justicia social, equidad de género, que valore la diversidad y ponga a la dignidad de la vida en el centro.

22 de noviembre, 2025 | 21.38

“¡Bienvenidas, bienvenides a nuestra Corriente Porá!”, se escuchó desde el escenario y muchos corazones empezaron a latir distinto, como acompasados por ese ritmo de los Encuentros Plurinacionales de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, No Binaries -este es el número 38, si no hubiera sido por el parate de la pandemia, sería el 40-, que implica discusión y largas caminatas, debate político y apañe colectivo --porque siempre hay quien trae su herida a cuestas para gritarla bien fuerte y suturarla en la puesta en común--, el reconocimiento de una ciudad nueva donde los feminismos y transfeminismos hacen cita cada año para construir agenda, para tejer redes federales, para abrazar a quienes llegan por primera vez. 

De estos Encuentros, que hasta 2019 eran Nacionales de Mujeres, salieron campañas como la del Aborto Legal Seguro y Gratuito que comenzó como una “asamblea de estrategias hacia el aborto legal” en 2003 y se convirtió en articulación federal en 2025 –para lograr su cometido en 2020 con la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. También de estos Encuentros surgió el espíritu que se contagió a las manifestaciones con el lema Ni Una Menos que masificaron los saberes y las incomodidades feministas. O las estrategias para presionar por la paridad dentre del Congreso. 

38 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No binaries.

Por eso es que los corazones más experimentados se alteran y los más jóvenes le siguen el ritmo de pura emoción, porque hay una historia que permite creer en que la política feminista, así, transversal entre distintas fuerzas políticas, horizontal en la toma de decisiones, es capaz de sacudir el status quo porque no hay nada natural en las inequidades de género y las violencias que ésta produce.

Varios sapucais se escucharon desde el escenario mientras se leía el documento de inicio porque esta es tierra de “carnavales, el chamamé y cuna de muchos héroes de Malvinas y del libertador San Martín”, hijo de Rosa Guarú, de la nación originaria guaraní como muchas de las que estaban arriba del escenario del Anfiteatro Tránsito Cocomarola mientras las delegaciones, los sindicatos, las agrupaciones políticas, los grupos de amigas, de la biblioteca popular que se organizaron, las colectivas aborteras como Socorristas en Red soportaban el sol del mediodía y vivaban o abucheaban según se nombrara la resistencia de jubilados y jubiladas, por la universidad pública y el Hospital Garraham o la represión sistemática a la protesta social, los despidos masivos del estado y la perdida permanente de puestos de trabajo en el sector privado. O el desfinanciamiento a los comedores populares y abandono de los barrios y territorios más vulnerados. Porque nada queda afuera de la discusión feminista y transfeminista. Ni la experiencia del cuerpo ni de la vida en común.

Corrientes es la sede del 38 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No binaries.

“Viajamos 35 horas desde Trelew y este es nuestro 5 encuentro”, en 2018 pisaron el palito del feminismo y acá están, como los alojamientos están colapsados tuvieron que levantarse a las siete de la mañana para llegar a la apertura desde Paso de la Patria, a 40 kilómetros de Corrientes capital. Las chicas ya están organizadas, se van a encontrar con las otras delegaciones del sindicato docente y también van a hacer la suya. Porque el Encuentro también es eso, complicidad, la libertad de no tener que cuidar a nadie por unos días, mirar el río tan diferente a la geografía de origen. “Trabajo no hay pero joda si, no sabes como se pone la costanera”, dice la conductora de la combi que las lleva. Tienen entre 35 y 40, quieren intercambiar con otras y otres docentes la dificultad para implementar la ESI, esa herramienta fundamental para dar vuelta el mundo de la injusticia de género, de la violencia estructural, de la discriminación en la infancia, todo eso que se naturaliza cuando se naturalizan los estereotipos, los mandatos, la loca y binaria idea de que hay cosas para varones y otras para mujeres. Todo eso que ahora se busca restaurar desde la lógica libertaria y neoconservadora. Los talleres de ESI, este primer día de Encuentro, fueron de los más numerosos.

“Tengo 20 años y vengo acá porque necesito esperanza”, dijo una estudiante de la Universidad de Rosario en el Taller de Antifascismo, uno de los espacios donde empezó a germinar la Marcha Antifascista y Antirracista Lgtiq+ del último 1F. En ese taller. Antirracismo y Antifascismo fueron dos talleres separados en el Encuentro, en los dos se pensaron estrategias de frente a los que se viene subrayando el imperialismo dominante después del rescate de Donald Trump a Javier Milei y del marco de acuerdo que se dio a conocer en estos días en el que Argentina sólo cede. “Imperialismo y colonialismo, tenemos que nombrar las dos cosas, necesitamos organizar la rabia y el deseo”, dijo Ana, recién llegada de La Plata mientras una mujer mayor, en el mismo taller, daba su grito de combate: “Luchamos en los ’70 y ahora como jubiladas somos vanguardia”.

Esa es la dinámica del Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, No binaries, una multiplicidad de talleres que en realidad son líneas de acción y debate, como la que pusieron en común compañeres y compañeras sindicalistas, aun antes de que empezaran los talleres oficiales. “No nos calmamos nada”, fue una de las conclusiones de una apuesta a pensar colectivamente cómo encontrar narrativas que pongan freno al saqueo del gobierno de Milei pero que a la vez sean propositivas, en relación, por ejemplo, al reforma laboral que amenaza con precarizar todavía más la vida de trabajadores y trabajadoras. “Pero a la vez necesitamos una reforma laboral que reconozca las tareas de cuidado, el trabajo no pago, la falta de licencia por paternidad”, entre otras reformas que sí son necesarias. Pero el “no nos calmamos nada” fue dicho para referir la presión de las compañeras sindicalistas para que la CGT integre a una mujer en el triunvirato que la conduce. No fue esta vez, “pero tendrá que ser”, dijo una delegada del gremio gráfico.

El atardecer del sábado, rosado intenso sobre el ancho y generoso río Paraná, vio pasar la marcha contra los travesticidios, transhomicidios y lesbicidios. Las banderas arcoíris compitieron con el cielo pero terminaron integrándose en una danza de dolor y decisión, de bronca y reparación por estar ahí, otra vez denunciando, otra vez tramando políticas juntas, juntos y juntes. Y la enumeración, aunque se alargue y sean tantos y tantas quienes se quejan es prepotencia para ensanchar el mundo, para convertirlo en uno en el que entremos todes, que sea posible reconocerse entre todes. Las deliberaciones seguirán mañana y al final del día habrá otra marcha con muchas más demandas, en defensa de todos los derechos adquiridos, de todos los logros que este movimiento cuenta entre las gemas de su historia. También para seguir diseñando lo que falta, la justicia que nos deben, un punto final para la violencia por razones de género y de la sobrecarga de trabajos para cuerpos a los que se pretende silenciar pero que han elaborado sus propios lenguajes y van a seguir hablando, haciendo historia, cambiándolo todo.