El fin de semana es ideal para hacer escapadas y dejar atrás el estrés de la semana. En la provincia de Buenos Aires existen diferentes pueblos a los que escaparse y disfrutar de sus paisajes, marcados por una fuerte herencia arquitectónica colonial y la fauna y flora de la región pampeana.
Uno de los sitios ideales para escaparse el fin de semana es Uribelarrea, a menos de 1 hora y 20 minutos de la Capital Federal, este pueblo conserva sus construcciones coloniales, como una iglesia y estación de tren, perfecta para los amantes de los lugares a los que el tiempo no les ha pasado.
Uribelarrea: el pueblo para una escapada de fin de semana
Uribelarrea es un pueblo del partido de Cañuelas, Buenos Aires. A menos de 1 hora y 20 minutos yendo por la Ruta Nacional 205, esta localidad resalta entre la oferta turística de la provincia, por su belleza colonial y paisajes rurales.
El pueblo fue fundado en 1890, cuando el estanciero Miguel Nemesio de Uribelarrea donó parte de sus tierras con el propósito de establecer una colonia agrícola. Hoy, más de un siglo después, se pueden ver en las casonas antiguas, la Parroquia Santuario Nuestra Señora del Luján y la estación de tren fantasma, las raíces coloniales de la localidad.
Un pueblo de película
No es una metáfora cuando se dice que Uribelarrea es un pueblo de película. El mismo fue locación de Juan Moreira, una de las películas más importantes de la historia del cine argentino. Dirigida por Leonardo Favio en 1973, volverá a proyectarse en salas en el próximo MUBI Fest, donde se podrá ver la belleza de la localidad bonaerense en la gran pantalla.
Juan Moreira no fue la única película que tuvo a Uribelarrea como escenario. La mítica Evita filmada por Alan Parker en 1996, tuvo como locación el pueblo bonaerense. Pero la historia de conexión entre el film y la localidad no terminó en la gran pantalla, sino que el director y el equipo de producción donó a la parroquia de Nuestra Señora de Luján los vitraux que se usaron para las escenas filmadas allí.
Escaparse un fin de semana a Uribelarrea debería ser obligatorio, al menos, una vez en la vida. La belleza se refleja en sus paredes coloniales y caminos de tierra, donde el tiempo se conserva junto a la flora y fauna de la región pampeana, y, sobre todo, el amor de los locales por su pueblo.