Se acerca un nuevo fin de semana largo y llega el momento ideal para hacer una escapada solo. A pocos kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) existen opciones para todos los gustos: desde lugares tranquilos para descansar hasta propuestas con actividades al aire libre, cultura y buena gastronomía. ¿A dónde ir?
Cerca de CABA: estas son las mejores 4 escapadas para hacer solo un fin de semana largo
A la hora de hacer una escapada solos la provincia de Buenos Aires es una gran opción porque esconde verdaderas joyas turísticas a poca distancia. Ya sea para pasar un fin de semana largo de introspección, desconectar de la rutina o hacer turismo aventura, hay opciones para todos. Tras analizar cientos de destinos, la inteligencia artificial de Google, Gemini, destacó a las siguientes propuestas:
1. Tigre
El Tigre es un destino clásico y es perfecto sobre todo para una escapada corta y revitalizante. Está a menos de una hora de CABA, lo que lo convierte en una opción imbatible para aprovechar al máximo el tiempo. El laberinto de ríos y canales del Delta del Paraná te ofrece una atmósfera de introspección única, podés tomar un paseo en lancha o, si buscás más acción, alquilar un kayak y remar a tu propio ritmo por los canales más pequeños. Es una experiencia de ecoturismo que te conecta instantáneamente con la naturaleza.
Además, existe la posibilidad de alquilar una cabaña o un bungalow en alguna isla. Esto te garantiza una desconexión total, sin el ruido de la ciudad, ideal para leer, escribir o simplemente contemplar el río. El Paseo Victorica te ofrece vistas hermosas y lugares tranquilos para almorzar o tomar un café mirando el agua.
2. Tandil
Si lo que buscás es un cambio de aire más drástico y un poco de turismo activo, Tandil, a unos 360 km de CABA, es tu lugar. Es la opción más alejada, perfecta para un fin de semana largo completo. Las sierras son un marco inigualable para el senderismo y el trekking. Podés armar tus propias rutas a la Piedra Movediza (o su réplica), al Cerro Centinela o al Monte Calvario. La actividad física al aire libre, sin prisas, es un excelente camino hacia el bienestar mental y físico. Además, la infraestructura hotelera es amplia y variada.
Experiencia Gourmet: Tandil es famosa por sus productos regionales. Aprovechá para hacer una ruta del queso y el salame en el Mercado de la Estación o en las chacras cercanas. Es un placer que podés disfrutar plenamente a solas, degustando con calma.
Además, es clave llevar un calzado como las caminatas a primera hora para aprovechar la luz y el clima. La recompensa de la vista desde la cima vale todo el esfuerzo.
3. San Antonio de Areco
A tan solo 113 km de la Capital Federal, San Antonio de Areco es la cuna de la tradición gauchesca. Este pueblo mágico te transporta a otra época y es sinónimo de un viaje cultural. El ambiente es calmo y propicio para la contemplación. Podés recorrer sus calles empedradas, visitar pulperías históricas, el Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes o el Museo Las Lilas (con obras de Molina Campos) a tu ritmo, sin tener que coordinar con nadie. Es una inmersión en la cultura argentina profunda.
Es el lugar perfecto para buscar una estancia de campo y darte el gusto de disfrutar de una excelente gastronomía criolla. Muchos alojamientos ofrecen actividades como cabalgatas o simplemente la posibilidad de pasar un día entero leyendo junto al río Areco. Además, podés alquilar una bicicleta o simplemente caminar. Descubrir los detalles arquitectónicos de sus casas y la tranquilidad de sus plazas es una terapia de desaceleración inigualable.
4. Uribelarrea y la Ruta del Queso
Uribelarrea, ubicado a unos 82 km de CABA, es un pequeño y encantador pueblo rural que se ha convertido en un referente del turismo gastronómico y de la vida de campo auténtica. Es el destino perfecto para quienes buscan una experiencia culinaria y de relax campestre. Es pequeño, ideal para caminar y tiene una oferta de restaurantes y emprendimientos artesanales muy concentrada. No vas a sentirte abrumado y vas a encontrar siempre un lugar tranquilo.
Se trata del punto cúlmine de la ruta del queso y los salames bonaerense. Podés visitar tambos de cabras y queserías artesanales, degustar productos locales y llevarte un recuerdo delicioso. Las casonas antiguas convertidas en restaurantes ofrecen exquisitos almuerzos de cocina de campo, ideales para disfrutar sin apuros.
Además, el casco histórico, con su antigua estación de tren y la iglesia, es pintoresco y un spot ideal para tomarse fotografías. Podés pasar horas recorriendo sin prisa, disfrutando de la quietud del campo bonaerense. Es un excelente lugar para el turismo fotográfico en solitario.
