Si sos de los que planea escapadas de fin de semana a lugares escondidos cerca de la Ciudad de Buenos Aires este podría ser tu próximo destino. Hablamos de Vagues, una pequeña localidad a tan sólo 2 horas de Capital Federal, que tiene sólo 90 habitantes.
Está a pocos minutos de San Antonio de Areco y es un lugar ideal para quienes buscan huir del ruido y el ritmo porteño. Ahora bien, ¿qué actividades pueden desarrollarse allí?
Dónde queda Vagues y qué lugares se pueden visitar
Vagues es un pueblo escondido en el corazón de la provincia de Buenos Aires. A 7 kilómetros de San Antonio de Areco está ubicada esta pequeña localidad caracterizada por su tranquilidad y su pasado ferroviario.
A su vez, queda a 134 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y se llega únicamente en auto. Para ingresar al pueblo desde Buenos Aires, se debe tomar la Autopista del Oeste y luego la Ruta Nacional 7 hasta San Antonio de Areco, para finalmente acceder por la Ruta Provincial 41.
El origen del pueblo está íntimamente relacionado al tren. La antigua estación, que fue inaugurada en 1894 por el Ferrocarril Central Argentino, fue un punto de conexión clave entre Rosario y Buenos Aires. Pese a su cierre en 1992, la estación perdura como un emblema de la identidad del pueblo. El edificio se encuentra ahora restaurado y alberga al Centro de Interpretación Ferroviario, que fue abierto en julio del 2012.
En este espacio, los visitantes pueden explorar la historia del ferrocarril a través de videos que reúnen testimonios de antiguos trabajadores, láminas y objetos de época. También se pueden visitar espacios donde se ubican locomotoras históricas y vagones.
MÁS INFO
La antigua estación de Vagues
La estación de Vagues fue un punto de empalme entre la línea original Luján-Pergamino y la línea Victoria-Pergamino. Su diseño, al igual que el de la Estación de Retiro, fue realizado por los hermanos franceses Eustace y Roger Conder.
Para los visitantes interesados, existe la posibilidad de pernoctar en vagones de tren reciclados y ambientados con mobiliario de época. El establecimiento de hospedaje cuenta con un galpón que alberga una notable colección de antigüedades y un quincho donde se elaboran productos de panadería casera y asados.
Los caminos rurales que rodean al pueblo son aprovechados por deportistas para la práctica de ciclismo y para el senderismo. Es un destino ideal para quienes desean disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.