Coronados de gloria: dos matrimonios lograron vencer a los líderes mundiales de producción de gin y se llevaron la medalla de Oro con un gin de yerba mate. Pablo Apodaca y Débora Sábsay y Néstor y Sofía Diaz se conocieron en un viaje y se unieron para dar forma a lo que fue la primera destilería de Mar del Plata.
La práctica venía de familia: Pablo tenía un abuelo que le había enseñado cómo destilar y le compartió todo su conocimiento sobre esta técnica. La pandemia lo ayudó a desarrollar más este hobby y, junto con Débora, empezaron a probar distintas recetas de gin contemporáneo, uno que se alejara de los clásicos. En las pocas juntadas que podían hacerse, les daban a probar a sus amigos cada una de las versiones. Cuando se levantó el aislamiento, el matrimonio hizo una escapada a Tandil, donde casualmente se cruzaron con Néstor y Sofía, con quienes se unieron para fundar Kalmar. “Fue amor a primera vista”, bromeó Néstor sobre el primer encuentro con ellos y el momento en que probaron la bebida.
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Los amigos y la familia marcaron la historia de fundación de este proyecto, ya que Néstor y Sofía presentaron el producto a los invitados de su casamiento. “Fue muy divertido. Hicimos botellas chicas y las dimos de souvenir, una de gin yerba mate y otra de hibiscus”, recordó el anfitrión del evento y destacó que también lo sirvieron como cóctel en la fiesta “pero ahí no prestamos mucha atención porque estábamos disfrutando de nuestro festejo”.
El momento de abrir la fábrica se acercaba pero, al intentarlo, se encontraron con una traba: en Mar del Plata existía una regulación que no permitía la instalación de este tipo de industria en la ciudad. Sin ánimos de rendirse, insistieron hasta que encontraron un permiso para microemprendimientos que habilitaba su apertura. De esta forma, lograron consagrarse como la primera destilería de bebidas blancas en la localidad de Mar del Plata. Su perseverancia inspiró a otros emprendedores, ya que hoy día hay más de 18 proyectos en proceso de habilitación en esta zona.
A medida que iba creciendo la empresa, el gin tomó nuevos rumbos y fue de viaje a varias competencias. “Yo me empeciné en que teníamos un producto de muy buena calidad”, confesó Néstor. Uno a uno, llegaron los reconocimientos: fueron seleccionados como la mejor destilería de Argentina, tienen dos medallas de oro, dos de plata y una de bronce.
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Uno de los productos más destacados es el gin de yerba mate, un sabor típico argentino. “La idea era salir de lo tradicional y buscar un producto que tuviese una denominación de origen, que sea muy auténtico de Argentina, muy nuestro”, contó Néstor. Esta variante, que compitió con marcas de renombre, fue premiada con una medalla de oro en la New York International Spirits Competition en 2022.
La segunda de oro llegó en 2023 en London Spirits Competition: “Hicimos una edición por los 150 años de la localidad y en la botella le hicimos un homenaje a la Rambla de Mar del Plata”, detalló Néstor y agregó que tenían tantas ganas de participar en el evento que incluso enviaron el producto a competir sin aún tener la botella definitiva. “Cuando nos llegó el anuncio de la medalla hicimos una llamada los cuatro y gritábamos, no lo podíamos creer”, recordó uno de los socios con emoción y alegría. En esta competición se enfrentaron a gins de todo el mundo, incluidos los más consumidos del mercado.
Este producto tiene un objetivo y lo lleva en su propio nombre: “Kalmar es una ciudad en Suecia que unía el viejo mundo con el nuevo, como una ciudad portuaria. Elegimos el nombre como homenaje, con la idea de hacer un gin tradicional y también uno contemporáneo, del nuevo mundo”, sostuvo Néstor. Para eso, se centraron menos en el enebro, clásico de este destilado, y le dieron más presencia a los botánicos locales, logrando resultados como el sabor de yerba mate y de hibiscus. Néstor afirmó con convicción y felicidad: “Mar del Plata nos abrazó y nos cobijó en este nuevo proyecto".
La fábrica se convirtió en algo más grande de lo que esperaban al principio. Después de lograr su aprobación, invitaron a pequeños emprendedores que no lograban los permisos, porque eran muy difíciles o costosos, a hacer sus bebidas en su establecimiento. No solo los acompañan en la producción, sino que también los impulsan a más: “Fomentamos a los clientes que destilan con nosotros a competir. Así es que hoy tenemos más de 12 gin hechos en nuestra fábrica con premios internacionales”, relató Néstor.
Las medallas y el impacto de ser la primera destilería de Mar del Plata les permitió dar un gran salto con la marca. Hace un año y medio se certificaron como Empresa B, un movimiento mundial para aquellos negocios que no sólo son sustentables, sino también sostenibles: además de generar trabajo, cuidan el medio ambiente, reducen su huella de carbono y desarrollan economías regionales. Por ejemplo, los restos de botánicos son donados a ingenieros industriales que hacen desarrollos de ecocuero y telas orgánicas, diseñan carteras que incluso fueron presentadas en exposiciones de proyectos sustentables en Francia. “Tratamos de cuidar estos recursos que son finitos y ser conscientes en el cuidado de ellos”, reforzó Néstor.
Cada uno de los socios tiene su rol: Pablo lleva el legado de destilador y se especializa en el producto y Débora se encarga de la imagen y comunicación, ambos son de Mar del Plata. Por otro lado, Sofía y Néstor, de Pilar, se dedican a la parte comercial y empresarial. Los cuatro se abocaron a un mismo objetivo: innovar con el gin. Ya pudieron realizar exportaciones a Chile y están intentando llegar a México, Brasil y Uruguay.
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“El gin de yerba mate fue el que más satisfacciones y alegrías nos dio”, aseguró Néstor y contó que al probarlo por primera vez se enamoró, le pareció algo diferente, divertido y un producto muy versátil, ya que funciona en el clásico gin tonic como también en distintos tragos. Tanto es así que Lean Milán, premiado como el mejor bartender, hace cócteles con esta línea de Kalmar.