Se llama Tokio y encontró a una de las hermanas Hecker de Bahía Blanca gracias a su incansable trabajo: cómo es ser perro policía, un rol silencioso y poco conocido

Tiene 3 años y medio y su primer trabajo fue en el derrumbe de Villa Gesell, donde "cumplió con creces su cometido”. La madre de las hermanas Hecker, durante la desaparición de las pequeñas, pidió por ella, luego de estudiar su labor en  situaciones anteriores. Gracias a su trabajo y dedicación, forma parte de la Brigada K9 junto a los bomberos voluntarios.

10 de junio, 2025 | 00.05

Hace 3 años y medio, en el partido bonaerense de General Maradiaga nacía una perra cuya aparición en el mundo no sería intrascendente. La bautizaron Tokio, una pastora belga malinois convertida en rescatista de la Brigada K9 de Bomberos Voluntarios de Villa Gesell, cuya participación años más adelante sería determinante en casos resonantes como el derrumbe del hotel Dubrovnik o las inundaciones de Bahía Blanca. De hecho, Marina Haag, la madre de las hermanitas Hecker -ambas fallecidas en la ciudad bonaerense- pidió por ella para que encontrara a Delfina, la más pequeña de sus hijas que aún seguía perdida desde el 7 de marzo. La perra encontró sus restos en la zona del Puerto Naval y, en respuesta, la mujer escribió una carta que publicó en las redes sociales en la que le agradecía a todo el equipo de rescate y, en especial, a Tokio.

"La brigada K9 de Bomberos Voluntarios de Villa Gesell es una unidad especializada en búsqueda y rescate con perros entrenados que empezó a finales de 2015. En ese entonces, teníamos una labradora llamada Guadalupe; otro de la misma raza, Rocco, y Sacarías, un pastor belga malinois. Cuando Guada cumple los 7 años, ahí empieza el recambio y comenzamos a mirar qué tipo de perro podía ser el que la suplante. Entonces, como ya estaba Sacarías, un pastor belga malinois, lo hicimos cruzar con la perra de búsqueda de Maradiaga y ahí nació Tokio”, recordó Roberto Tarantino, su adiestrador, ante la pregunta de El Destape. 

“Tito”, tal el apodo con el que lo conocen en la popular ciudad balnearia, no solo es su entrenador, además es su compañero y con quien vive Tokio. Él es un bombero voluntario, que tras una mala experiencia con otro perro que tenía de mascota, se convirtió en adiestrador para demostrarle al mundo todo lo bueno que puede ser un  animal.

“Yo tenía como mascota un pitbull antes de ser rescatista, no le daba los cuidados necesarios, lo críaba quizás sin educación sobre lo que es convivencia, no le generaba el desgaste físico que necesitaba y en un momento mordió a mi nene. Entonces luego adquirí una labradora, porque amamos a los perros ya que no quería que mi hijo se quedara con miedo, en ese momento justo se dio que se creó la Brigada K9 y la propuse porque tenía la necesidad de mostrarle al mundo que los perros no son nada malos y que encima pueden hacer cosas hermosas y ayudar”, explica Tarantino un tanto emocionado.

Cómo se adiestra a una perra rescatista

El promedio para preparar a un perro rescatista es de dos años, lo que significa que ya esté listo para participar de un operativo y haya obtenido su certificado nacional. En el caso de Tokio, su adiestramiento concluyó en 1 año y medio. Y su primera intervención determinante fue en el caso Dubrovnik, el hotel que se derrumbó el año pasado en Villa Gesell. “Allí cumplió con creces su cometido”, ratifica Tito.

El entrenamiento de estos perros, ya sea tanto para buscar personas vivas, como de RH (Restos Humanos) es en base al juego y al condicionamiento: no hay maltratos como muchos piensan. Según su adiestrador, son animales que tienen veterinarios a disposición las 24 horas y se nutren de alimento premium. “En los inicios es buscar un juguete que le guste mucho y dárselo para que lo muerda, lo tironeé, haga lo que quiera, luego se lo sacamos para jugar con el objeto. Después se lo damos a otra persona para que se aleje y el animal empiece a buscarlo en modo lúdico”, ejemplifica Tito.

Y añade cómo es el trabajo para desarrollar un sentido fundamental en las búsquedas: el olfalto. “Se lo desarrolla cambiando todo el tiempo al figurante (a la persona), más alto, más chico, en altura, abajo, entonces el perro en su nariz va buscando distintas personas y a través de esas variantes se desarrolla su olfato. Todos los perros sirven para búsqueda, si bien hay razas que lo tienen más desarrollado que otras o son más inteligentes, todos están aptos”, aclara Tarantino.

La relación entre el entrenador, el amigo y la perra

Al inmiscuirse en la historia de Tokio, y por consiguiente, en la de cualquier perro rescatista, surge el interrogante de cómo es la relación entre los animales y su adiestrador. Más aún, en el caso de Roberto Tarantino, cuyo can vive junto a él. A priori, la curiosidad se despierta frente a el vínculo dual que podría generar la combinación entre las órdenes, el entrenamiento y el cariño.

“Es muy difícil esa relación. Si bien tenemos claro que en el cuerpo K9 el perro es una herramienta de búsqueda y, por lo tanto, no es una mascota, te genera una dualidad porque uno ama a la perra. De hecho, siento que tenemos un amor incodicional entre ambos, Tokio es muy divina”, reconoce este bombero voluntario.

Sin embargo, en su casa, Roberto no le permite muchas de las cosas que sí son benefactoras las mascotas que no se dedican al rescatismo. Nada de subirse al sillón, menos a la cama, todos los días hay entrenamiento (siempre con una impronta lúdica) y nada de darle de comer sobras o cualquier golosina.

“Se le marcan pautas desde chiquita para que vaya cumpliendo. No es como tener un bulldog francés o un can chiquito que lo tenés todo el tiempo a upa. O sea, si bien le damos amor, no es igual que un perro mascota”, explica Tarantino,

Tokio, entre la practicidad y La casa de papel

“Yo, en general, busco que sean nombres fuertes y cortos para que el perro lo internalice rápido porque es mucho más efectivo cuando se los llama en plena búsqueda. Y como yo lo eligí un año antes de que nazca, no sabía el sexo y Tokio le podía caber para ambos casos”.

Asimismo, la pregunta inmediata es si también lo eligió por el nombre del personaje que interpreta Úrsula Corberó en La casa de papel. “Un poco me inspiré en la serie porque justo cuando elegí el nombre la estaba mirando a full”.

El pedido por Tokio de una madre desesperada

El 7 de marzo pasado, tras una lluvia intensa que comenzó el día anterior, se produjo una inundación sin precendentes en Bahía Blanca que dejó el saldo de 17 personas muertas, 270 mil evacuados y 92 mil viviendas afectadas. Las precipitaciones marcaron un récord en la ciudad bonaerense: 290 mm en 12 horas, con una intensidad aproximada de 25 mm/h.

El temporal provocó varias desaparaciones, algunas vinculadas con personas incomunicadas, otras que fueron encontradas con vida y aquellas, cuyos cuerpos inertes se los buscó intensamente durante varios días. Ese fue el caso de las hermanas Pilar y Delfina Hecker. La primera de ellas, fue hallada a las pocas semanas, mientras que la beba continuó desaparecida durante más de dos meses hasta que el 16 de mayo se confirmó que la encontraron.

Tras un trabajo exhautivo del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Defensa Civil, los Bomberos Voluntarios y la Policía, el cuerpo de Delfina fue encontrado en la zona costera de las piletas de suboficiales de la Base Naval de Puerto Belgrano. Antes de su hallazgo, Marina Hagg pidió que convocaran a Tokio para lograr dar con el cuerpo de su beba de 1 año.

“En determinado momento se concluye que los cuerpos de las hermanas habrían llegado al mar. Entonces continuó la Armada, ahí fue donde encontraron a Pilar, la más grande: en Astilleros, a casi un mes de la desaparición  Pero más adelante, la mamá se dio cuenta que la búsqueda de la Armada no era tan abundante, no porque no estuviera conforme, sino porque le pareció que el operativo desplegado por tierra había sido muy bueno e intenso. De hecho, creo que no hay precedentes de semejante despliegue: drones, helicópteros, un especialista traido desde España”, le explicó a El Destape Fabián García, director provincial de Defensa Civil de la Provincia de Buenos Aires. 

Y continuó: “Entonces, ella viaja a Buenos Aires, habla con el ministro de Seguridad de la Provincia, Javier Alonso, y le consulta si existía la posibilidad de solicitarle a la fiscal de que el operativo se retome por tierra. A su vez, entiendo que ella investigó y siguió el caso del hotel derrumbado en Villa Gessell, donde Tokio tuvo un papel determinante y agregó que quería que la perra estuviera trabajando con nosotros”.

El pálpito de la madre de las nenas fue preciso respecto de la perra rescatista. De hecho, el cuerpo de Delfina fue encontrado por Tokio. “Iniciada la búsqueda en Bahía Blanca, la perra en un momento se aleja de nosotros. Como en toda búsqueda, se para en un lugar, hace los movimientos necesarios para hacer una marcación positiva, mando a mi compañero a que verifique mientras yo recupero a la perra y ahí se produjo el hallazgo. Obviamente, tiene su sabor amargo, pero sentimos que es fundamental darle paz a las familias”, concluyó Tito Tarantino.

“Gracias a la Fiscal Marina Lara por escucharme en todo momento cuando yo iba e insistía… Al Ministro de Seguridad de la Provincia, Javier Alonso, por escucharme y mandar mas recursos para el rastrillaje intenso que se iba a ser.. al Director de Defensa Civil, Fabian Garcia, y su gente: a los bomberos, a los oficiales policiales a todas las personas que me fui cruzando en cada busqueda de estos 2 meses... a los binomios con sus canes a todos... pero a la que más quiero destacar es a la perra Tokio de Villa Gesell”, escribió Marina Haag en su cuenta de Facebook.