La Justicia procesó con prisión preventiva a Jorge Castillo, también conocido como "El Rey de la Salada", tras ser acusado de ser el jefe de la mayor feria clandestina de Latinoamérica y por el delito de lavado de dinero. Al mismo tiempo, el juez Luis Armella agravó la situación de su mujer, su hijo y otras dos personas con altos rangos dentro de la feria de Lomas de Zamora. El 16 de junio pasado, luego de tres semanas sin funcionar, dos de los tres predios de La Salada reabrieron sus puertas tras su detención.
Luego de su detención, el pasado 22 de mayo en la mansión de Luján, y tras una redada de más de 60 allanamientos, Castillo se mantiene encarcelado tras los resultados de una investigación de más de dos años donde se intervinieron teléfonos y movimientos bancarios. En dicha investigación, a cargo de la fiscal Cecilia Incardona, se detectaron depósitos en efectivo por más de $33 mil millones de pesos en los últimos cuatro años.
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Ahora, el magistrado Armella acusó a Castillo junto a Antonio Corrillo Torrez y Aldo Presa -histórico administrador de La Salada- de ser jefes de una asociación ilícita en concurso real con lavado de activos, "agravado por su realización por parte de una asociación o banda formada para la comisión continuada de hechos", completa el fallo.
Al igual que como ocurre con Castillo, la Justicia ordenó la prisión preventiva de la pareja Natalia Luengo, su hijo Manuel y su suegra, Nilda Arrieta. A ellos se suman otros 12 sospechosos, como la hija de Aldo Presa, todos considerados como partícipes primarios de la misma asociación ilícita. La "Reina de La Salada", según llaman a Luengo, está acusada de "recibir, registrar y administrar las ganancias generadas por el cobro de alquileres de los puestos y evasión fiscal".
En esa línea, el juez Armella tomó la decisión de embargar a Castillo por $750 millones. Entre los más destacados figuran autos de lujo -como un BMW modelo 2024- y negocios paralelos, como la presunta compra de un colegio en zona norte. Diversos objetos de valor fueron incautados por determinación del Poder Judicial.
El 16 de junio pasado, luego de tres semanas sin funcionar, dos de los tres predios de La Salada (Urkupiña y Ocean) reabrieron sus puertas siguiendo ciertos requisitos puntuales. Luego, también lo hizo Punta Mogote. "Recordamos a todos nuevamente el cumplimiento de las obligaciones fiscales, laborales, comerciales y la prohibición de venta de indumentaria en violación a la ley de marcas", expresaron en un escrito las autoridades de la feria. Su apertura se dio bajo un estricto programa de blanqueo y fiscalización ideado por Incardona.
Mientras tanto, Alan y Lucas Antequera, hijos de Enrique Antequera -cabeza de la feria Urkupiña- también fueron alcanzados por la prisión preventiva; aunque su padre, continúa prófugo.