La Confederación General del Trabajo (CGT) se reunió con diputados y advirtió que, si avanza la reforma laboral, habrá paro general. Tras reunirse en Azopardo con legisladores sindicales, la central obrera ratificó: “Resguardaremos los derechos laborales en la protesta, la Justicia y el Congreso”. “Se manifestó la predisposición a llevar adelante las acciones que sean necesarias en pos de resguardar los derechos laborales, ya sea en la protesta, en el ámbito de la Justicia y, muy especialmente, en el Palacio Legislativo”, ratificaron desde la central obrera.
El anuncio se dio tras un encuentro en la sede de Azopardo, donde el Consejo Directivo de la CGT -con sus tres secretarios generales presentes y gran parte de los gremios- recibió a los diputados Sergio Palazzo, Vanesa Siley, Mario ‘Paco’ Manrique, Hugo Yasky y Hugo Moyano (h), quien asumirá su banca el 10 de diciembre.
En este marco, la central obrera detalló que "se planteó una postura en unidad frente a la reforma laboral planteada por el Gobierno, con la postura proactiva y el horizonte de generar alternativas más allá del rechazo a la supuesta iniciativa en materia laboral que impulsaría el Poder Ejecutivo de manera inminente”. También se subrayó “hubo consenso respecto de afianzar una mirada actualizada del mundo del trabajo, que contenga y contemple los constantes cambios en los procesos productivos y en las modalidades de trabajo en nuestro país, con incorporación de derechos”.
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Críticas sindicales a la reforma
- Precarización laboral: Gerardo Martínez (CGT / UOCRA) denunció ante la OIT que la reforma es “precarizadora”. Para Martínez, algunas medidas (como la “flexibilización” de la negociación colectiva) debilitan la estructura sindical y dañan las condiciones de vida de los trabajadores. Desde la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), por su parte, afirma que se usaría la reforma para fragmentar los sindicatos y debilitar la protección laboral.
- Según ATE, se impulsaría una jornada de hasta 12 horas, se podrían pagar indemnizaciones en cuotas y se promovería el “banco de horas”. También critican los “salarios dinámicos” según productividad: para ATE, esto generaría desigualdad y premiaría la docilidad más que el esfuerzo.
- Reducción del rol del Estado y debilitamiento sindical: La reforma pretende “transferir al sector privado el rol del Estado”, lo que supone menos intervención estatal para proteger derechos laborales. También se critica que la reforma fue impulsada por decreto (DNU 70/2023) sin consultar a los “actores sociales” (sindicatos, sociedad civil), lo que para él es una forma autoritaria de desregular.
- Impacto social y económico: Martínez asegura que los despidos masivos en el Estado, junto con la degradación del Ministerio de Trabajo, son parte de una estrategia para reducir el rol público. También advierte que la caída del empleo formal y la desregulación podrían aumentar la informalidad (“trabajo no registrado”), por falta de inspección laboral. Según un informe interno de la CGT (citado por medios sindicales), flexibilizar despidos y contratos sin regulaciones firmes podría generar alta rotación laboral, más precariedad y menos estabilidad.
La propuesta de la CTA sobre la reforma laboral
Todavía no hay una presentación formal del oficialismo, más allá de lo que dejaron trascender por algunos medios, mientras referentes del peronismo iniciaron reuniones con técnicos y especialistas. Desde la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) presentaron un documento con diez propuestas de políticas públicas para reformar las relaciones laborales con ampliación de derechos.
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“La experiencia internacional —y la propia historia argentina— demuestra que las reformas flexibilizadoras no generan más empleo ni reducen la informalidad, por el contrario, amplían la desigualdad y precarizan el trabajo”, señala un informe del Instituto de Pensamientos y Políticas Públicas (IPYPP). “Bajo el argumento de crear empleo y resolver la informalidad, eliminar la 'industria del juicio' y vincular los salarios con la productividad se oculta un programa orientado a abaratar el trabajo, reducir el costo del despido, debilitar la negociación colectiva y limitar la capacidad de acción de los sindicatos”, agrega la CTA.
“Las reformas laborales pueden incidir en la calidad del empleo, pero no lo crean; y el empleo no depende únicamente del crecimiento, sino del modo en que ese crecimiento se organiza. No es lo mismo una expansión basada en el mercado interno y en el desarrollo industrial que una sustentada en el endeudamiento, la valorización financiera y el extractivismo exportador”, detalla en su introducción el documento con la propuesta de CTA.
