¿Acariciar a un perro te hace más feliz? Los beneficios emocionales de este gesto

Acariciar a un perro no es solo un acto cariñoso, sino que trae consigo una serie de beneficios emocionales y fisiológicos. 

20 de junio, 2025 | 13.08

Acariciar a un perro no es solo un gesto tierno, sino que puede hacer maravillas para nuestro bienestar emocional. Un grupo de psicólogos de las universidades de Florida, Carroll y Marquette, se dedicó a estudiar este acto cotidiano y llegó a conclusiones muy interesantes.

Los hallazgos del estudio resaltan la importancia de los perros como compañeros en la vida cotidiana. Con su capacidad para brindar consuelo y alegría, estos animales se convirtieron en aliados esenciales para mejorar la salud mental. En un mundo cada vez más agitado, acariciar a un perro emerge como un sencillo pero eficaz recurso para encontrar paz y felicidad.

Efectos positivos en el cuerpo humano al acariciar un perro

Según los especialistas, al acariciar a un perro, ya sea propio o de alguien más, el cuerpo humano responde de manera notable. Los niveles de cortisol, que están relacionados con el estrés, disminuyen, mientras que se potencia la producción de oxitocina, la hormona del amor y la vinculación emocional. “Su compañía ayuda a regular la presión arterial y la frecuencia cardíaca, promoviendo un estado mental más relajado para el humano”, afirmaron los autores del estudio.

Esto no solo ocurre en dueños de mascotas. Muchas personas que interactúan con perros a través de terapias asistidas también experimentaron estos beneficios. Además, tener contacto diario con un perro puede proporcionar estabilidad emocional a quienes enfrentan problemas. La rutina de paseos y juegos con estos animales se convirtió en una manera de estructurar la vida y afrontar mejor el día a día.

¿Por qué algunas personas siempre acarician perros?

Por si fuera poco, acariciar perros también refleja ciertos rasgos de la personalidad de quienes lo hacen con frecuencia. Los resultados del estudio revelaron que estas personas suelen tener una mayor empatía, sensibilidad emocional y una habilidad destacable para conectar con los demás. Al ser cariñosos y comprensivos, también reflejan estas cualidades en sus relaciones interpersonales.

La oxitocina sube al interactuar con perros, mejorando el ánimo.

Los expertos también señalaron que el amor por la naturaleza y un estilo de vida activo suelen ser rasgos comunes en quienes disfrutan pasear y jugar al aire libre con sus mascotas. Este patrón de conducta demostró que acariciar a un perro no solo es un acto de cariño, sino una forma de abrirse emocionalmente y establecer conexiones profundas con el entorno.

Y en momentos de ansiedad o tristeza, contar con la compañía de un perro se vuelve un recurso invaluable. A menudo, la gente busca la cercanía de estos animales en lugares públicos, como parques o refugios, donde detenerse a acariciar a un perro se transforma en un alivio inmediato para las tensiones diarias.

Además de la acción física de acariciar, el vínculo emocional simboliza una necesidad humana de conexión. En tiempos de estrés y caos, detenerse a acariciar un perro puede ser una forma poderosa de acceder a ese momento de calma y reconexión con uno mismo.

Estos animales ayudan a regular la presión arterial y el estrés.