Rafael Alonso, psicólogo y especialista en Recursos Humanos, reveló por qué las personas que más se esfuerzan por dar todo de sí mismas en el trabajo, paradójicamente son las que se llevan la peor parte.
El estrés laboral es moneda corriente al día de hoy a nivel mundial. Mientras las empresas exigen cada vez más productividad y eficacia, los salarios de los trabajadores no alcanzan para costear las necesidades básicas. En este contexto, Alonso se preguntó qué es lo que sucede a nivel psicológico con los empleados que más se esfuerzan.
"Las personas que trabajan más duro son las más perjudicadas de toda la empresa”, reflexionó el experto en su perfil de TikTok. En este sentido, señaló que los que siempre cumplen sin quejarse suelen cargar con más tareas que el resto de sus compañeros.
A pesar de estos esfuerzos, el resultado es el mismo: el mismo salario que los demás, pero el doble de responsabilidades y estrés. Alonso atribuyó esta desigualdad a un mecanismo psicológico común en los jefes de las empresas.
"Trabajar duro ya no sirve de nada. Psicológicamente, los líderes ven a los primeros como personas que trabajan muy duro y pueden sacar adelante el trabajo y, sobre todo, como personas en las que se puede confiar", concluyó.
Estrés laboral y salud mental: cómo sobrevivir al mundo laboral
Alonso advirtió que los trabajadores más aplicados suelen ser también los que experimentan mayores niveles de agotamiento y tensión emocional. "Los trabajadores que se esfuerzan, que trabajan duro y hacen las cosas bien, además de ser eficientes en su trabajo, tienen mucho más estrés que una persona que simplemente va a su trabajo y se va para su casa".
Y explicó que las consecuencias pueden ser muy graves: puede desembocar en ansiedad, pérdida de motivación y desgaste mental sostenido en el tiempo. Por esta razón, aconsejó: "Si quieres conservar tu salud mental, pon límites".
El psicólogo sugiere que los empleados reclamen ser remunerados de acuerdo con sus responsabilidades y con la carga laboral real que asumen. Y si la empresa no acepta, argumentó: “Ese trabajo que confían que tú hagas, que lo haga el otro”.
Por úlimo, señaló que los trabajadores no deben sentir culpa al establecer límites ya que esto no significa falta de compromiso, sino respeto por uno mismo y por su profesión.
