Tener la piel impecable y libre de manchas en verano puede ser difícil, pero no imposible. Con la llegada de las altas temperaturas, la piel enfrenta nuevos desafíos, ya que se vuelve mucho más vulnerable al sol, la transpiración y los factores ambientales que la pueden debilitar.
Con el verano, la piel se puede quemar fácilmente, manchar, sufrir irritaciones o secarse demasiado. Tener una buena rutina de skincare para el verano es crucial, no solamente por una cuestión estética, sino de salud. Si mantenés estos tres hábitos durante el verano, vas a notar la diferencia.
3 consejos para tener la piel reluciente en verano
1. Protección solar todos los días
Cada vez se tiene más consciencia sobre los peligros del sol para la piel. Los rayos ultravioleta (UV) pueden provocar envejecimiento prematuro, quemaduras solares e incluso aumentar el riesgo de cáncer de piel. Por eso, aplicar protector solar diariamente es indispensable, incluso cuando el cielo está nublado.
Si sos de las personas que evitan ponerse protector solar en la cara porque les queda la piel brillosa, podés optar por un protector solar mate, o bien ponerte un poco de polvo de maquillaje arriba del protector para quitar el brillo. Es importante que no dejes de cuidar tu piel por una cuestión estética.
Optá por un protector solar de amplio espectro (UVA y UVB) con un SPF mínimo de 30, y si pasas muchas horas al aire libre, todavía más alto. Reaplicalo cada dos horas si estás al sol, nadás o transpirás mucho. No te olvides del cuello, las orejas y las manos. Si vas a estar al sol, sumá una gorra para prevenir quemaduras.
2. Hidratación constante
La exposición al sol y el calor pueden deshidratar la piel muy rápido. Es fundamental que además de tomar mucha agua, mantengas un nivel bueno de hidratación en tu piel para prevenir resequedades, no perder elasticidad y darle un aspecto saludable.
Tomá mínimo 2 litros de agua por día y llevá siempre encima una botellita. Usá cremas hidratantes que contengan ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o aloe vera. Aplicátelas tanto de día como de noche e incorporá alimentos que sean ricos en agua, como pepino y sandía.
3. Exfoliación suave y controlada
Muchas personas se saltean este paso, pero es importante sumarlo a tu rutina cada dos o tres semanas: exfoliarse la piel. Eliminar las células muertas ayuda a que la piel se vea más luminosa y evita que los poros se obstruyan.
Durante el verano, la piel puede estar más sensible por el sol, así que hacelo con mucho cuidado. Elegí exfoliantes químicos suaves y no te frotes fuerte la piel. Empezá haciéndolo cada tres semanas, luego cada dos y luego cada una, para que la piel se vaya acostumbrando. Hacelo de noche y nunca después de la exposición solar.
