El mindfulness y el yoga son prácticas milenarias que nacieron en la India, combinando posturas físicas, técnicas de respiración y meditación con la intención de mejorar el bienestar físico, mental y emocional de quienes las ejercitan.
En los últimos años, la ciencia comenzó a confirmar lo que Oriente intuía hace siglos: la respiración consciente y la meditación pueden modificar la estructura cerebral, reorganizar la actividad neuronal y fortalecer funciones cognitivas como la memoria y la atención.
La recomendación de Jorge Tartaglione
El cardiólogo Jorge Tartaglione se sumó a esta tendencia médica y destacó cómo incorporar estas prácticas puede transformar el organismo. “Me costó mucho entender esto y poder explicarlo. En mis inicios yo estaba concentrado en la arteria para que no se tape. No creía en todo el aspecto del estrés, pero la evidencia es muy grande; los beneficios son enormes. Hoy es un elemento vital. Todos los tienen que incorporar de alguna manera”, aseguró.
Para Tartaglione, la clave está en la respiración consciente: “Ponete un segundo a respirar de forma consciente y vas a ver cómo cambia la situación de tu cuerpo. Con el mindfulness, que es escanear tu cuerpo, vos podés disminuir los niveles de presión arterial y de cortisol (hormona del estrés). Se practica en cárceles, en escuelas. El que practica yoga sabe claramente cómo es. Esto es todo datos”.
Entre las ventajas de estas técnicas, el especialista mencionó la mejora en la atención, la memoria y el sueño, la reducción de síntomas de ansiedad y depresión, y la estimulación del nervio parasimpático que induce a la relajación.
Si bien aclaró que la meditación no reemplaza tratamientos médicos tradicionales, Tartaglione la consideró una herramienta complementaria valiosa para pacientes con trastornos de déficit de atención, enfermedades neurológicas como el Parkinson, recuperación de ACV, afecciones cardiovasculares, hipertensión y enfermedades crónicas como la fibromialgia.
Además, recomendó una técnica simple para relajarse: “Inhala por 4 segundos, mantente 7 y exhala por 8. Te cambia absolutamente. Es notable. Practicalo en casa”.
Por otra parte, destacó el Tai Chi y el Qui Gong, prácticas que combinan movimiento, meditación y respiración para mejorar el equilibrio, la coordinación y la salud cardiovascular y respiratoria. “Tai Chi es una meditación en movimiento, medicamento en movimiento. Después de los 60 años, perdés el equilibrio. El Tai Chi genera movimiento con meditación y respiración. Los chinos tienen enorme evidencia de esto y la literatura lo muestra. Harvard muestra que el Tai Chi practicado en personas con problemas cardíacos mejora notablemente su pronóstico. Y el Yoga se utiliza para la rehabilitación cardiovascular”, explicó.
Finalmente, Tartaglione resaltó que, aunque no se perciban visualmente, estas prácticas generan cambios fisiológicos profundos en el cuerpo. “A veces uno llega a casa muy cansado y se toma un whisky. Yo te sugiero meditar”, concluyó.