"El pan no engorda por sí solo": las claves de una nutricionista para comer harinas y derribar mitos

“El pan puede y debe formar parte de una alimentación saludable. No hay que temerle ni eliminarlo: la clave está en la calidad y la cantidad”, indicó la especialista.

21 de octubre, 2025 | 09.41

Muchas personas asocian mejoría en la salud con dejar de comer harinas. Si bien existen aspectos nocivos en su consumo, a la hora de elaborar una dieta saludable es posible incorporar alimentos como el pan, de manera consciente y sin culpas.

“El pan puede y debe formar parte de una alimentación saludable. No hay que temerle ni eliminarlo: la clave está en la calidad y la cantidad”, expresó la licenciada en Nutrición Mariela Pacho y sumó: “Optar por panes integrales, de masa madre o de granos enteros aporta fibra, mejora la digestión y ayuda a controlar la glucemia y la presión arterial”.

El mito infundado de que "el pan engorda"

Para la licenciada en Nutrición Patricia Chávez, “ni el pan engorda por sí solo, ni hay que eliminarlo para bajar de peso". La especialista considera que "lo importante es mantener el equilibrio y disfrutarlo dentro de un plan alimentario variado y consciente”.

"El pan integral no tiene menos calorías, pero sí genera más saciedad", explicó Chávez y agregó que alimentarse bien no tiene que ver con “qué comemos”, sino también con cómo, cuánto y con qué impacto en nuestra salud y en el entorno.

Para las dos licenciadas en Nutrición, la alimentación es un acto cotidiano con impacto social y ambiental. En Argentina, el contexto alimenticio enfrenta complejidades como el sobrepeso, la obesidad, el bajo consumo de frutas y verduras y la alta ingesta de ultraprocesados. Para construir un futuro más saludable y sostenible es preciso, dicen las profesionales, repensar la relación con los alimentos.

Un futuro saludable y sostenible

Para pensar hacia adelante, las profesionales proponen distintos argumentos. “Cada decisión cuenta: elegir productos frescos, priorizar alimentos locales y de estación, reducir el desperdicio y moderar el consumo de carnes rojas y procesados puede marcar una diferencia real”, expresó Chávez.

“No hay una dieta universal: cada etapa de la vida tiene necesidades distintas”, opinó Pacho y agregó: “La infancia requiere energía y crecimiento; la adolescencia, proteínas y minerales; los adultos deben prevenir deficiencias, y en la vejez es fundamental preservar la masa muscular y mantenerse bien hidratados. Adaptar la alimentación a cada momento es también una manera de cuidarse”.

Para finalizar, las licenciadas en Nutrición sostuvieron que "alimentarse bien no es una meta inalcanzable, sino una forma diaria de autocuidado y de compromiso con el entorno". La propuesta fundamental es: alimentarse con equilibrio y entender que nutrirse bien es una inversión en bienestar físico, emocional y social.