La longevidad es uno de los temas más estudiados por la ciencia, y según expertos, quienes viven más años comparten tres hábitos fundamentales. Además de la cuestión genética, los hábitos saludables para el cuerpo y la mente juegan un rol fundamental cuando se trata de longevidad.
Existen ciudades enteras alrededor del mundo donde sus habitantes presentan tasas más bajas de enfermedades, especialmente enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes. A estos lugares se les conoce comúnmente como “zonas azules”, y en ellas, viven personas que incluso llegan a superar los 100 años.
Se hicieron varias investigaciones en torno a la longevidad. Algunas de las más destacadas fueron lideradas por los expertos Dan Buettner y Sam Skemp y publicadas en el American Journal of Lifestyle Medicine en 2016.
Buettner y su equipo analizaron qué comportamientos contribuían a la longevidad y calidad de vida en estas regiones, llamadas "zonas azules". Para este estudio, reunieron datos demográficos y entrevistaron a los residentes de estos lugares.
Los 3 hábitos claves para la longevidad, según expertos
Deborah Kado, codirectora del Stanford Longevity Center, explicó cuáles en diálogo con Real Simple: "Les recomiendo a mis pacientes que los tres hábitos de vida más importantes son tener un propósito en la vida, seguir una dieta rica en frutas y verduras a diario y mantenerse en movimiento, mientras se trabaja continuamente en la postura y el equilibrio".
Cómo aplicar estos 3 hábitos fácilmente
1. Caminando más
Si te cuesta ir al gimnasio o hacer actividad física, es fundamental al menos caminar un rato todos los días. Los residentes de "zonas azules" caminan diariamente como parte de su rutina.
“Caminar es el mejor ejercicio”, dice Marjorie Jaffe, entrenadora personal. Aunque sea, podés empezar yendo a hacer las compras caminando o moverte a pie a los lugares que te queden cerca.
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2. Priorizar tu alimentación
Es importante hacer entre tres y cuatro comidas nutritivas al día y que no te falten nunca las frutas y las verduras. Cuanto más variedad de ellas incorpores a tu dieta, mejor.
Por supuesto que también se deben incluir las proteínas, los carbohidratos y las grasas saludables. Aunque no tengas tiempo de cocinar o tengas un presupuesto acotado, asegurate de incluir frutas y verduras a diario.
3. Desestresarse con regularidad y tener alguna meta
El estrés es inevitable, pero lo importante es saber gestionarlo para que no domine tu vida. Darte un rato de desconexión cuando salís del trabajo es fundamental, ya sea con una actividad artística, una actividad física, saliendo a caminar o rodeándote de seres queridos.
Tener pequeñas metas y propósitos, por más simples que sean, también es un factor importante. No hace falta que tengas un objetivo grande y ambicioso: puede ser algo simple, como aprender una habilidad nueva, planear una escapada o una salida con amigos o familiares o cocinar algo rico. Lo importante es que tengas motivos por los cuales levantarte todas las mañanas.
