Al llegar a los 50 años, el cuerpo comienza a mostrar cambios que afectan tanto el metabolismo como la salud general. La masa muscular y la densidad ósea disminuyen, mientras que enfermedades como la hipertensión, diabetes tipo 2, obesidad y osteoporosis aparecen con mayor frecuencia. Estos cambios hacen que las estrategias para mantenerse saludable deban ser revisadas y adaptadas.
El médico clínico Ramiro Heredia explicó que “una dieta saludable es fundamental en todas las etapas de la vida. En personas de cincuenta años o más, surgen y se hacen más frecuentes distintas entidades, como la pérdida de masa y función muscular, la disminución de la masa ósea y las enfermedades cardiometabólicas”. Esto evidencia la importancia de cuidar la alimentación para prevenir o retrasar estas condiciones.
Desde el punto de vista biológico, la caída gradual de hormonas sexuales como los estrógenos y la testosterona influye en la masa muscular, el metabolismo y la distribución de la grasa corporal. La nutricionista Nadia Hrycyck señaló que “el metabolismo se hace más lento, se reduce la tolerancia a los carbohidratos y las mujeres experimentan una redistribución de la grasa corporal tras la menopausia”. Por eso, en esta etapa aumenta la necesidad de proteínas de alta calidad, calcio, vitamina D y fibra.
Los especialistas coinciden en que una alimentación balanceada, variada y con pocos ultraprocesados ayuda a controlar la presión arterial, reducir riesgos cardíacos y prevenir enfermedades como la diabetes y el cáncer. Marie Bernard, directora de diversidad científica de los Institutos Nacionales de la Salud, indicó que estos hábitos son claves para una mejor salud a largo plazo.
Alimentos y mucho más: la clave para cuidar la salud en los post 50
Además de la nutrición, mantener una actividad física regular es fundamental. Combinar ejercicios de fuerza con caminatas potencia la conservación muscular, favorece la mineralización ósea y mantiene activo el metabolismo. Los expertos remarcan que sin movimiento, ni la mejor dieta puede lograr todos los beneficios esperados.
En cuanto a los controles médicos, Heredia recomendó personalizarlos según la edad, como un “traje a medida”. Entre los estudios sugeridos están análisis de sangre para glucemia, colesterol total y fraccionado, función hepática y renal, junto con chequeos anuales de presión arterial, peso, perímetro abdominal y, para hombres, estudios prostáticos y colonoscopía.
“El control periódico de salud es una herramienta vital para detectar a tiempo cualquier alteración y optimizar la nutrición y los cuidados preventivos”, resumió el especialista. Por eso, la combinación de una alimentación adecuada, ejercicio constante y chequeos regulares es la fórmula para sumar años saludables y activos.
La Organización Mundial de la Salud destaca que “llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diversas enfermedades no transmisibles”. Elegir alimentos frescos, reducir ultraprocesados y mantener hábitos saludables es la clave para disfrutar de una mejor calidad de vida después de los 50.