Las medidas económicas establecidas por el gobierno de Javier Milei y la réplica de ese modelo por parte del gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, azotan al sector textil. En este contexto crítico, un grupo de trabajadores de la empresa Algodonera Avellaneda volvió a concentrarse frente a las oficinas del Grupo Vicentin.
La planta, ubicada en el parque industrial de Reconquista, lleva más de un mes paralizada y 350 familias se encuentran desesperadas por la falta de respuestas. La falta de avances en la reactivación, los pagos atrasados y la ausencia de diálogo con la compañía son el núcleo de un conflicto que se agrava semana tras semana.
Desde agosto, la empresa venía trabajando a un 30% de su capacidad, pero en octubre de este año paralizó la fábrica y cortó la cadena de pagos, afectando a cientos de familias. Entre junio y julio, la compañía despidió a 41 trabajadores, mientras que en agosto echó a 30 empleados más. Según el medio InfoGremiales, la mayoría de los trabajadores de la firma santafesina tienen entre 15 y 34 años de antigüedad y estaban bajo el convenio colectivo de trabajo del gremio de Empleados Textiles, Setia.
Ahora, los trabajadores se hicieron oír nuevamente. El secretario general de la Asociación Obrera Textil (AOT), Juan Carlos Bandeo, fue la voz principal durante la manifestación y describió la dimensión del conflicto: "La fábrica es un cementerio", aseguró. Luego, remarcó que no hay producción ni movimiento de maquinarias desde hace más de un mes. Solo permanece activo el personal de guardia encargado de tareas de seguridad, mientras el resto de los empleados espera definiciones que no llegan.
Uno de los puntos que más preocupó al dirigente fue la escasa asistencia en la convocatoria. “Somos 350 y parece que no todos necesitan. Este grupo siempre me acompaña, pero los demás no vienen”, lamentó ante los presentes.
De todos modos, aseguró que las protestas continuarán: “Lo vamos a seguir haciendo nosotros”. También pidió a los operarios que se presenten con sus familias en las próximas movilizaciones, al considerar que se encuentran en juego los puestos de trabajo de cada uno: los obreros no están cobrando sus salarios completos y la semana pasada solo recibieron una suma de $200.000 correspondiente a octubre.
En relación con la posibilidad de que fasoneros o empresarios interesados tomen momentáneamente la producción, el dirigente fue contundente: no hay respuestas. “El último que mandó una propuesta nunca fue contestado. Para mí no quieren trabajar más”, afirmó de acuerdo a lo informado por TN.
Según explicó, no existe ningún canal de comunicación activo con la empresa. La única instancia formal prevista es una audiencia judicial convocada para el 5 de diciembre, ante el juez Fabián Lorenzini.
Ese día, esperan que la firma exponga sus intenciones respecto de la planta, aunque entre los trabajadores predomina el escepticismo. La falta de propuestas concretas en los últimos meses alimenta la sensación de que no hay voluntad real de retomar la actividad.
Cerró una importante textil y los trabajadores tomaron la fábrica
Hace menos de 10 días, el dueño de la textil Blanco Nieve, ubicada en el parque industrial de Río Grande (Tierra del Fuego), decidió cerrar la fábrica sin previo aviso, en medio de la crisis económica que generó el gobierno de Milei.
Ante esta situación, los empleados decidieron ocupar la planta de manera pacífica en busca de una respuesta. "Nos presentamos a trabajar en nuestro horario normal y habitual, como corresponde, y nos encontramos que la planta estaba cerrada, sin habernos dicho nada desde la empresa, ninguna cosa, en absoluto", relató Marcela Cárdenas, integrante de la conducción del Sindicato de Obreros de la Industria del Vestido (SOIVA) a medios locales.
En esa línea, agregó: "Nos tratamos de comunicar con Recursos Humanos y nos dijeron que la empresa no iba a abrir más. No hubo explicación, ni siquiera una charla previa con los trabajadores. Fue una canallada del dueño, una sinvergüenzada más".
Esto se da en el marco de un duro momento que atravesaba la empresa, que tiene deuda con los trabajadores quienes sostenían la planta a través de la venta directa de productos allí elaborados para cubrir los ingresos.
"Era algo que estaba hablado, nosotros vendíamos los productos para cobrarnos el sueldo, porque todavía se adeuda septiembre. Hasta ayer (jueves pasado) estábamos vendiendo y de un momento a otro, sin previo aviso, decidió cerrar la empresa", agregó la delegada gremial.
