El próximo domingo 20 de abril se celebra la Pascua 2025, una fecha muy esperada por las familias cristianas y por quienes disfrutan de las tradiciones que rodean esta festividad. Uno de los símbolos más reconocibles de esta jornada es el huevo de chocolate, que año tras año llena vidrieras, góndolas y mesas con su envoltorio colorido y sabor inconfundible. Pero, ¿alguna vez te preguntaste por qué comemos huevos de chocolate en Pascua?
Aunque hoy en día el consumo se ha vuelto masivo y parte de la cultura popular, el huevo de Pascua tiene un origen mucho más profundo, cargado de simbolismo y tradición.
De tradición religiosa a golosina popular: el origen de los huevos de chocolate
La Pascua es una de las celebraciones más importantes del cristianismo, y conmemora la resurrección de Jesús tras su crucifixión. Cada año se celebra entre el 21 de marzo y el 25 de abril, dependiendo del calendario litúrgico. Durante la Semana Santa, especialmente en los días previos al domingo pascual, los fieles suelen evitar el consumo de carne y otros alimentos de origen animal, como los huevos.
Antiguamente, los huevos que no se consumían durante la Cuaresma eran guardados y, al llegar la Pascua, cocidos y decorados como parte de la celebración. Era común regalárselos a los niños, como símbolo del fin del ayuno y del comienzo de una etapa de renovación.
Pero la historia del huevo como símbolo va más allá del cristianismo. Los egipcios, los persas, los griegos y los chinos ya consideraban al huevo como un emblema de vida, fertilidad y renacimiento, conceptos muy ligados a la llegada de la primavera en el hemisferio norte. En Persia, por ejemplo, los huevos se entregaban como regalo para augurar prosperidad.
En la Europa medieval, se consolidó la costumbre de decorar huevos de gallina y entregarlos en Pascua. Con el tiempo, la tradición evolucionó hasta convertirse en lo que conocemos hoy: huevos de chocolate, una versión dulce que comenzó a popularizarse en Francia y Alemania en el siglo XIX, y que se expandió rápidamente por todo el mundo.
Otro personaje que se suma a esta celebración es el conejo de Pascua, cuyo origen también está en los antiguos rituales paganos. Representa la fertilidad y la nueva vida, elementos que, como los huevos, se relacionan con la renovación espiritual y natural que implica esta festividad. Hoy, comer huevos de chocolate en Pascua no solo es una tradición, sino también una forma de compartir un momento en familia.