Con la llegada del invierno, muchos buscan la mejor forma de mantener abrigados sus hogares. Además de las opciones más comunes como estufas y aires acondicionados, también existe un truco poco conocido pero muy eficaz en Corea del Sur es el ondol. Este sistema de calefacción por suelo radiante, que significa “piedra caliente”, tiene más de 2000 años de antigüedad.
El ondol consiste en una red de tuberías ubicadas bajo el suelo que permiten que el aire caliente circule y se distribuya de manera uniforme en toda la habitación, creando un ambiente cálido sin la necesidad de radiadores o estufas. Originalmente, este sistema aprovechaba el calor de un fuego en la cocina, el cual se canalizaba a través de conductos subterráneos.
En la actualidad, las versiones modernas producen calor a través de calderas de gas o eléctricas, mientras conservan la esencia del método ancestral. Este enfoque no solo se traduce en un uso eficiente de la energía, sino que también proporciona un confort excepcional. Al calentar desde el suelo, se eliminan las corrientes de aire frío que suelen molestar durante el invierno. Además, la estética del hogar mejora considerablemente, ya que, al no depender de elementos visibles como radiadores, el espacio se mantiene más limpio y ordenado.
El ondol también tiene beneficios para la salud. El calor radiante que emana ayuda a aliviar dolores musculares y fomenta una mejor circulación sanguínea. Aunque tuvo una larga trayectoria histórica, este sistema sigue siendo el método de calefacción preferido por la mayoría de los hogares en Corea del Sur, incluyendo aquellos en grandes ciudades como Seúl y Busan.
El truco japonés para limpiar el colchón sin agua
Existe un truco poco común, de origen japonés, que permite limpiar el colchón sin usar agua. Este ingenioso método se basa en el uso de elementos cotidianos y técnicas de ventilación, y ayuda a eliminar ácaros, polvo y olores de forma definitiva, dejando el colchón completamente renovado. Para llevarlo a cabo, solo se necesita un ingrediente que todos tienen en la cocina: la sal gruesa. Este ingrediente actúa como un absorbente natural de humedad y olores. Solo hay que esparcir una capa gruesa de sal sobre el colchón y dejarla actuar durante una hora. Esto permite que la sal absorba efectivamente la humedad y los olores indeseados.
Luego de transcurrida la hora, se reta la sal del colchón, y para hacerlo, se puede utilizar una aspiradora o un cepillo de cerdas suaves. Este simple truco transforma un colchón en un espacio fresco y limpio, listo para volver a disfrutar del descanso.