Pequeñas bandas de Homo sapiens realizaron algunas incursiones fallidas fuera de su continente natal antes de que la especie consiguiera finalmente lanzar una gran dispersión y salir de África hace unos 50.000 años, dirigiéndose primero a Europa y Asia y, finalmente, al resto del mundo.
¿Por qué tuvo éxito esta migración después de que las anteriores fallaran? Una nueva investigación ofrece pistas frescas.
En ella se documenta cómo los humanos cazadores-recolectores de África empezaron hace unos 70.000 años a adoptar una mayor diversidad de hábitats, como espesos bosques y áridos desiertos, adquiriendo una adaptabilidad útil para afrontar la amplia gama de condiciones que aguardaban más allá del continente.
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"Por qué tuvo éxito la dispersión hace 50.000 años es una gran pregunta en la investigación de los orígenes humanos", afirma la arqueóloga de la Universidad Loyola de Chicago, Emily Hallett, codirectora del estudio publicado en la revista Nature.
"Nuestros resultados sugieren que una parte de la razón es que los humanos habían desarrollado la flexibilidad ecológica necesaria para sobrevivir en hábitats difíciles", agregó.
A partir de una serie de yacimientos arqueológicos de África, el estudio detalla cómo las poblaciones humanas ampliaron su área de distribución a los bosques de África central y occidental y a los desiertos del norte de África en los aproximadamente 20.000 años que precedieron a esta dispersión.
Algunos ejemplos de yacimientos arqueológicos de esta época que ilustran la expansión de los nichos humanos a los duros desiertos son lugares de Libia y Namibia, y ejemplos de expansión a hábitats boscosos son lugares de Malawi y Sudáfrica.
El Homo sapiens surgió hace unos 300.000 años, habitando praderas, sabanas y otros ecosistemas africanos.
"A partir de hace unos 70.000 años, vemos que de repente empiezan a intensificar esta explotación de diversos hábitats y también se expanden a nuevos tipos de hábitat de una forma que no vemos antes", explica la arqueóloga y codirectora del estudio Eleanor Scerri, del Instituto Max Planck de Geoantropología (Alemania).
"Explotan más tipos de bosques, más tipos de bosques de dosel cerrado, más tipos de desiertos, tierras altas y praderas", agregó.
"Se avecinaba una Edad de Hielo, lo que significa condiciones más secas en partes de África. Parece posible que los humanos respondieran a esta situación aprendiendo a adaptarse a nuevos nichos", añade Scerri.
La mayor flexibilidad ecológica de la especie parece haber reflejado avances culturales y sociales como la transmisión de conocimientos de una generación a la siguiente y el comportamiento cooperativo, señalan los investigadores.
"Esto debió de suponer profundos cambios en su interacción con el medio natural, ya que les permitió ocupar no sólo nuevos entornos en África, sino también condiciones totalmente nuevas en Eurasia", afirmó la bióloga evolutiva y codirectora del estudio Michela Leonardi, del Museo de Historia Natural de Londres.
"La capacidad de vivir en una variedad de entornos en África no es directamente la adaptación que permitió salir con éxito de África, sino más bien una señal de que los humanos en ese momento eran los generalistas definitivos, capaces de enfrentarse a entornos que iban desde los bosques profundos hasta los desiertos secos", dijo el ecólogo evolutivo de la Universidad de Cambridge y colíder del estudio Andrea Manica.
"Esta flexibilidad es el rasgo clave que les permitió, más adelante, conquistar nuevos retos, hasta llegar a las tundras más frías de Siberia".
Al salir de África, el Homo sapiens se encontró no sólo con nuevos entornos, animales y plantas desconocidas, sino también con otras especies humanas, como los neandertales y los denisovanos.
Según los investigadores, la flexibilidad ecológica aprendida en África pudo suponer una ventaja cuando el Homo sapiens se encontró con estos otros humanos, que desaparecieron relativamente pronto.
Las pruebas genéticas indican que la población actual de fuera de África puede remontar su ascendencia a la población de seres humanos, que tal vez se cuentan por miles, que participó en esa migración pionera fuera de África hace aproximadamente 50.000 años.
"Creo que la adaptabilidad y la innovación son características distintivas de nuestra especie y que nos permitieron triunfar en todos los entornos que encontramos", afirma Hallett. "Al mismo tiempo, somos casi demasiado buenos adaptándonos a lugares diferentes, en detrimento de la mayoría de las demás especies de la Tierra".
Con información de Reuters