Los perros son parte de millones de familias alrededor del mundo y, a pesar de que aportan mucho amor y diversión al hogar, muchas veces presentan complicaciones por su conducta. Para hacer frente a esas situaciones, es necesario seguir trucos de adiestramiento a mascota que tienen resultados de manera rápida.
Adiestrar a los perros que son mascotas es fundamental para que puedan convivir de manera saludable y segura con las personas y con otros animales. La educación básica, como aprender a no morder, no romper objetos, caminar con correa o responder a órdenes simples, ayuda a evitar accidentes, reduce el estrés del animal y mejora su bienestar, ya que entiende qué se espera de él.
Tener un perro como mascota ofrece grandes beneficios: fomenta la actividad física, brinda compañía emocional y contribuye a reducir la ansiedad y la soledad. Sin embargo, también implica responsabilidades y dificultades, como dedicar tiempo al entrenamiento, cubrir gastos veterinarios y garantizar rutinas de paseo y cuidado. Por eso, adiestrar y cuidar adecuadamente a un perro no solo mejora su comportamiento, sino que también fortalece el vínculo con su familia humana.
Trucos para adiestrar a mi perro
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Recompensá lo que querés que repita: cada vez que tu perro haga algo bien (sentarse, esperar, no tirar de la correa), premiá enseguida con comida, caricias o un “muy bien”, para que asocie la acción con algo positivo.
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Sé constante con las órdenes: usá siempre las mismas palabras para cada conducta, como “sentado”, “quieto” o “abajo”. Cambiarlas lo confunde y retrasa el aprendizaje.
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Hacé sesiones cortas y divertidas: no entrenes más de diez minutos seguidos. Los perros aprenden mejor cuando el juego forma parte del entrenamiento.
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Corregí con calma y sin violencia: si hace algo incorrecto, indicá un “no” firme y redirigilo a la conducta adecuada. Gritar o castigar empeora el vínculo.
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Evitá las excepciones en la conducta: si no querés que suba al sillón, no lo permitas “solo esta vez”. Las excepciones confunden y frenan los avances.
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Socializalo desde temprano: presentale sonidos, personas y animales de forma controlada. Un perro confiado se porta mejor y responde más al entrenamiento.
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Elegí bien los premios según el momento: usá golosinas pequeñas para aprender cosas nuevas y solo elogios cuando ya domina la conducta, para que no dependa siempre de la comida.
