Al pensar en adoptar un perro, muchos imaginan la energía y travesuras de un cachorro. Sin embargo, los perros adultos y senior, aquellos que pasan los 7 años de edad, esconden un tesoro de beneficios que la ciencia está empezando a revelar. Adoptar un perro viejito no es solo un acto de amor; es una decisión inteligente que aporta bienestar físico y emocional tanto al adoptante como al animal.
Estos perros, a menudo pasados por alto en los refugios, pueden ser la clave para una vida más plena y saludable. A continuación, te presentamos tres beneficios avalados por estudios científicos que te harán reconsiderar darle una segunda oportunidad a un perro mayor.
1. Mejora tu bienestar físico y movilidad
Uno de los beneficios más tangibles está relacionado con la salud física. Un estudio titulado "Pet Ownership and Maintenance of Physical Function in Older Adults" encontró que las personas mayores que tienen perros presentan un menor deterioro funcional con el paso de los años.
¿La razón? Un perro mayor, aunque no requiera caminatas extenuantes, necesita paseos diarios regulares. Esta rutina obliga a su adoptante a mantenerse activo, a moverse y a realizar actividad física leve pero constante. Este simple hábito beneficia la salud cardiovascular, la movilidad articular y ayuda a mantener un peso saludable, contribuyendo a un envejecimiento más activo y autónomo.
2. Brinda compañía y estabilidad emocional
La salud mental es igual de importante que la física, y aquí es donde los perros senior brillan con luz propia. Estos animales suelen tener un carácter más tranquilo y rutinario, lo que facilita enormemente la convivencia y aporta una sensación de paz y estabilidad en el hogar.
Una revista científica, "Elderly people in many respects benefit from interaction with dogs", concluyó que los perros tienen un significado profundo para las personas mayores, contribuyendo positivamente a su estilo de vida. La compañía constante de un perro viejito reduce significativamente los sentimientos de soledad y aislamiento, mejora el estado de ánimo y proporciona una razón para seguir una rutina, un factor crucial para el bienestar emocional.
3. Genera un impacto social positivo: la segunda oportunidad
Más allá de los beneficios personales, adoptar un perro mayor es un acto de profunda solidaridad con un impacto social tangible. Los perros viejitos son los que más tiempo esperan en los refugios y tienen las tasas de adopción más bajas, a menudo eclipsados por los cachorros.
Según el estudio "Saving Seniors: An Evaluation of Strategies to Increase the Adoption of Senior Dogs", los programas que promueven la adopción de perros mayores son vitales para salvarles la vida. Al adoptar a un perro senior, no solo le estás dando una familia y confort en sus años dorados, sino que también liberas recursos y espacio en el refugio, permitiendo que rescaten a otro animal necesitado. Es un acto de bondad que crea un efecto dominó de bienestar.
