"Domingo" Faustino Sarmiento es uno de los próceres más importantes de la historia argentina. Sin embargo, para el nivel de importancia que tiene en el país, hay muchos detalles de su vida que la mayoría de personas desconoce, por ejemplo cuál era su verdadero nombre. La realidad es que "Domingo" no era más que un apodo, a diferencia de lo que suelen enseñar en las escuelas.
Nacido el 15 de febrero de 1811, hijo de Paula Albarracín y José Clemente Quiroga Sarmiento, ese niño fue bautizado con el nombre de Faustino Valentín. Sin embargo, a medida que fue creciendo, sus padres empezaron a apodarlo cariñosamente como Domingo, causando que trascienda históricamente con ese nombre.
Ahora bien, Faustino Valentín no tiene nada que ver con el nombre Domingo, por lo que muchas personas pueden preguntarse el por qué de este apodo. Precisamente, sus padres eran devotos de Santo Domingo, una figura religiosa emparentada con el catolicismo, por eso empezaron a llamarlo así cariñosamente. Acostumbrado a este nombre, el prócer decidió mantenerlo en su legado político e histórico, por eso hoy en día es conocido como "Domingo" Faustino Sarmiento, eliminando su segundo nombre de nacimiento, Valentín.
Sarmiento: por qué es considerado uno de los mayores próceres de Argentina
Domingo Faustino Sarmiento, nacido en San Juan en 1811, es considerado uno de los grandes pensadores y políticos de la Argentina del siglo XIX. Su figura trascendió las fronteras nacionales gracias a su firme convicción de que la educación era la herramienta fundamental para transformar a la sociedad. Maestro, escritor, periodista y estadista, dedicó gran parte de su vida a promover la alfabetización y la formación docente en un país que todavía estaba en pleno proceso de organización.
En 1868 asumió la presidencia de la Nación, cargo que ejerció hasta 1874. Durante su gestión, impulsó la creación de escuelas públicas, bibliotecas populares y programas de capacitación para maestros, dejando un legado que sentó las bases del sistema educativo argentino. Sarmiento también fue un prolífico autor: obras como Facundo marcaron un hito en la literatura y el pensamiento político de su tiempo.
Falleció el 11 de septiembre de 1888 en Asunción, Paraguay, y en honor a su memoria esa fecha fue elegida para celebrar en la Argentina el Día del Maestro. Más de un siglo después, su nombre sigue ligado al ideal de una educación pública, gratuita y de calidad, entendida como motor de igualdad y progreso.