Buscan proteger a la Tierra de "su peor amenaza": el impacto podría ser letal

La misión ya fue lanzada para tratar de proteger al planeta Tierra de una de sus "peores amenazas" antes de que el impacto sea letal.

21 de julio, 2025 | 18.17

La humanidad se enfrenta a una amenaza silenciosa pero potencialmente devastadora: el impacto de un asteroide en la superficie terrestre. En ese sentido, un ambicioso proyecto internacional empezó a avanzar cada vez más para tratar de revertir la situación o, en el peor de los casos, proteger al planeta del impacto y reducirlo al mínimo posible.

Desde octubre de 2024, la misión Hera, desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA), está en marcha tras despegar desde Cabo Cañaveral. Su objetivo es estudiar el asteroide Dimorphos, que en 2022 fue impactado por una sonda NASA en la misión DART. De esta manera se busca comprender cómo modificar su trayectoria y, en caso necesario, evitar futuras colisiones con la Tierra.

La preocupación crece por objetos como el asteroide 2024 YR4 con probabilidad de impacto estimada en un 1,2% para el 22 de diciembre de 2032. Es la primera vez que la ONU activa un protocolo global de seguridad planetaria, mientras NASA y ESA monitorean su rumbo y evalúan posibles misiones de desvío.

El peligro no es para nada exagerado: un asteroide de este tamaño podría causar daños irreversibles en cuestión de minutos. Por eso los programas como DART y Hera no solo buscan estudiar estas rocas espaciales, sino que también prueban tecnologías reales de defensa. En paralelo, se exploran métodos alternativos como el uso de bombas nucleares o energía láser para desviar asteroides que no puedan ser interceptados con impacto cinético, especialmente si el aviso llega con pocos años de anticipación.

El asteroide que podría impactar contra la Tierra en 2032: qué se sabe hasta el momento

Misiones como Hera empezaron a desarrollarse a partir del descubrimiento del asteroide 2024 YR4 que encendió las alarmas en la comunidad internacional. Este cuerpo tiene una probabilidad de impacto del 1,2% y su diámetro, similar al de un edificio de 30 pisos, lo convierte en una amenaza seria.

De caer en una zona poblada, podría generar una explosión equivalente a varias bombas nucleares, provocando millones de muertes en cuestión de minutos. Por eso, agencias como la NASA y la ESA trabajan en misiones preventivas para desviar objetos de este tipo antes de que entren en ruta de colisión. Mientras tanto, la ONU activó por primera vez un protocolo de seguridad planetaria, un hecho sin precedentes que refleja el nivel de preocupación ante la posibilidad, aún remota, de un evento de impacto global.