En septiembre de 1859, la Tierra vivió uno de los eventos geomagnéticos más impactantes de su historia: una llamarada solar, registrada por el astrónomo Richard Carrington, seguida de una poderosa eyección de masa coronal (CME) que llegó a nuestro planeta en menos de 18 horas, provocando auroras boreales visibles incluso en latitudes tan bajas como Roma y Madrid. Este suceso tan único pasó por lo que, popularmente, se conoce como tormenta solar: un evento que nuevamente está por pasar en la estrella.
La interferencia entre las partículas cargadas del Sol y el campo magnético terrestre generó auroras tan intensas que el cielo nocturno se tiñó de verdes, rojos y violetas en la capital italiana. Al mismo tiempo, los cables del telégrafo, la infraestructura de comunicaciones más avanzada de la época, quedaron inutilizados y en algunos casos llegaron a incendiarse. Hoy, en pleno ciclo 25 del Sol, los expertos advierten que un suceso similar podría repetirse, aunque con consecuencias mucho más graves debido a nuestra dependencia de satélites, redes eléctricas, sistemas de navegación y comunicación.
Sin embargo, los científicos coinciden en que aunque un evento tan extremo como el de 1859, conocido como Evento Carrington, es poco probable a corto plazo. Según declara la Agencia Espacial Europea (ESA), los satélites ya detectan actividad solar creciente y la Tierra se prepara ante un posible impacto; y en caso de que algo así ocurra "el desafío va a ser proteger el satélite y tratar de que el daño se lo menor posible".
¿Qué impactos tendría un evento así en la actualidad?
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Apagones masivos: las corrientes inducidas por una tormenta severa pueden sobrecargar transformadores, redes de distribución eléctrica y dejar amplias zonas sin luz o sin funcionamiento de sistemas críticos.
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Caída de satélites y sistemas de navegación: la interacción de las partículas solares con la órbita terrestre puede aumentar la resistencia atmosférica, provocar errores en satélites y afectar sistemas posicionamiento global (GPS).
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Un espectáculo poco habitual: auroras brillantes y visibles desde latitudes medias, un fenómeno que normalmente se limita a regiones polares, podrían iluminar cielos de ciudades que nunca las esperan.
Qué se sabe de la próxima tormenta solar
Según informó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, este 12 de noviembre, una tormenta solar severa "sacudirá" el planeta. El fenómeno fue clasificado con nivel 4 de riesgo en una escala del 1 al 5, lo que indica una intensidad alta, capaz de generar fluctuaciones en las redes eléctricas y posibles interferencias en los satélites de comunicación.
