La escena gastronómica porteña mantiene viva la tradición gracias a cantinas y bodegones que celebran la cocina casera, los platos generosos y las recetas clásicas. En esta guía se repasan nueve espacios donde la abundancia, la calidez y la memoria emotiva conviven con propuestas actuales que también incluyen pastas, carnes, guisos y los infaltables ñoquis.
Arde
En Villa Urquiza, Arde recupera el espíritu del bodegón tradicional con una propuesta que combina carnes a las brasas y platos caseros. La carta reúne clásicos como buñuelos de acelga, tortilla española y milanesas en versiones variadas. También destacan pastas elaboradas artesanalmente, entre ellas fusillis al fierrito, sorrentinos y tallarines acompañados por salsas tradicionales. La cocina suma opciones como vacío a la italiana, albóndigas con puré y risotto de calabaza, además de postres clásicos como flan y budín de pan. Las bebidas incluyen vinos, espumantes y cócteles clásicos.
MN Santa Inés
En La Paternal, MN Santa Inés se consolida como una de las propuestas más personales de la ciudad. Su carta cambia cada cinco semanas y se basa en cocina artesanal: panes, pastas y bebidas elaboradas allí mismo. La combinación entre recetas familiares, viajes e influencias asiáticas crea platos abundantes como el Bun Cha Hanoi, el Pad Gra Pao, las Pakoras mixtas o el intenso Gaeng Panang Gai + Jazmín. También ofrece una Pasta Primavera con agnolotis y una destacada Pavlova Peach Melba para el cierre.
Puchero
Puchero, en Villa Luro, propone una mirada moderna del bodegón. Su carta reúne milanesas generosas, pastas hechas a mano, guisos tradicionales y carnes braseadas. Las opciones para compartir incluyen buñuelos de acelga y una paella de temporada, mientras que la barra ofrece combinados clásicos y vermuts seleccionados. El final se completa con postres como flan mixto, tiramisú o la icónica Copa Puchero.
La Boquería
Ubicada en Palermo, La Boquería fusiona sabores porteños e influencias ibéricas. Su tortilla alta con panceta y mozzarella convive con buñuelos, boquerones, gambas al ajillo, choripán y empanadas fritas. La parrilla ofrece cortes emblemáticos como entraña o ojo de bife, con guarniciones abundantes. También se destacan sus pastas caseras, milanesas, ribs y pesca del día. La propuesta se acompaña con vermut, tinto de verano y sangría.
El Retorno
El Retorno, en Villa Adelina, mantiene viva la esencia del bodegón clásico. Sus milanesas XXL, pastas caseras, parrilladas completas y postres tradicionales conforman una carta amplia y familiar. El ambiente, con salones espaciosos y parrilla a la vista, refuerza una identidad centrada en la comida abundante, los precios accesibles y el encuentro cotidiano.
Mondongo & Coliflor
En Parque Chacabuco, Mondongo & Coliflor rinde homenaje a la cocina argentina con platos que despiertan memoria emotiva. El guiso de mondongo, la tortilla de papa y las milanesas XL conviven con creaciones originales como los sorrentinos de coliflor y la provoleta MyC. Su propuesta se completa con postres tradicionales y una marcada apuesta por ingredientes de pequeños productores.
La Capitana
En Almagro, La Capitana recrea la atmósfera de los años 40 y 50 con un homenaje a Eva Perón. Empanadas fritas y al horno, provoleta “La Capitana”, Pastel del General y milanesa a caballo se destacan entre preparaciones que rescatan sabores criollos. La experiencia se completa con postres vintage como el vigilante con boniato y una barra enfocada en vermuts y cócteles clásicos.
Orno
En Palermo, ORNO combina espíritu de bodegón con impronta contemporánea. Su propuesta incluye entradas como empanadas al horno de leña, fainá sticks y montanara. Entre los principales sobresalen la lasagna de espinaca y los gnudis en distintas versiones. Las pizzas, uno de los pilares, se presentan en estilo Detroit o napoletano. El cierre dulce ofrece affogato, zabaglione y panqueque con dulce de leche.
Cantina Recoleta
Cantina Recoleta recupera la esencia porteña con platos artesanales y cocina a la leña. Entre sus destacados aparecen el osobuco con polenta cremosa, las pastas elaboradas a la vista, las focaccias recién horneadas y el pollo a la brasa. También cuenta con pizzas al molde o a la piedra, risottos, guisos y postres caseros. La carta líquida incluye vermut, Aperol Spritz, cerveza y un vino propio pensado para acompañar sus sabores ahumados.
