Una idea casera y sustentable que se volvió viral en redes sociales propone reutilizar envases plásticos de lavandina para crear una herramienta indispensable: una pala de jardinería. Fácil de hacer, económica y funcional, esta propuesta se suma a la ola de contenidos que promueven el reciclaje creativo y la jardinería consciente.
El truco fue compartido por un usuario aficionado a las manualidades y el cuidado del medioambiente, y rápidamente ganó popularidad entre quienes buscan alternativas sostenibles para sus tareas cotidianas.
Cómo hacer tu propia pala reciclada
Para llevar a cabo esta idea no se necesitan materiales costosos ni herramientas especiales. Con objetos que suelen encontrarse en cualquier hogar, es posible transformar un residuo en una pala útil para trasplantar, mover tierra o abonar plantas.
Materiales:
- Un bidón vacío de lavandina (de 2 o 3 litros, con manija)
- Un cúter o cuchillo de sierra
- Un marcador o fibrón
- Lija (opcional)
Paso a paso: cómo armar la pala con un envase reciclado
- Limpieza inicial: Asegurate de que el bidón esté completamente limpio y seco antes de comenzar.
- Dibujo de la forma: Con un marcador, trazá en uno de los costados del bidón una silueta similar a la de una pala, aprovechando la curva de la base y el ángulo del pico. La manija del envase será el mango de la herramienta.
- Corte: Con ayuda del cúter o cuchillo, recortá cuidadosamente la silueta que dibujaste. Podés usar una tijera para ajustar los bordes una vez hecho el corte principal.
- Lijado (opcional): Si los bordes quedaron filosos o irregulares, se recomienda suavizarlos con una lija fina para evitar cortes al manipularla.
Esta iniciativa, como muchas otras que circulan en canales de YouTube y cuentas de redes dedicadas a la jardinería sustentable, demuestra que el ingenio y el compromiso ambiental pueden ir de la mano. Reutilizar envases plásticos para crear herramientas es una forma concreta de reducir residuos, ahorrar dinero y fomentar una conexión más consciente con el entorno natural. Además, resulta una actividad ideal para compartir en familia o enseñar a los más chicos la importancia del reciclaje.
Beneficios de practicar la jardinería para la salud mental
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Reduce el estrés y la ansiedad: estar en contacto con la naturaleza regula el cortisol, la hormona del estrés. La jardinería es una actividad mindfulness, ya que requiere de toda tu concentración, y es una actividad puramente manual, en la que sí o sí tenés que alejarte de la tecnología. Además, las actividades que requieren un ritmo lento te ayudan a calmar la mente.
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Mejora el estado de ánimo: está comprobado que estar al aire libre viendo cómo crecen las plantas y tomar sol ayuda a segregar dopamina y serotonina, dos neurotransmisores claves del bienestar y el placer. Además, cuidar de un ser vivo, como una planta, ayuda a combatir la depresión.
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Estimula la conexión cuerpo-mente: agacharse para transplantar, sembrar plantas y regalarlas, involucra movimientos suaves del cuerpo que ayudan a mejorar la salud mental y física.
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Alimenta la sensación de logro y propósito: ver el resultado del esfuerzo propio, como plantar una flor, genera una gran satisfacción personal.
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Mejora la tolerancia a la frustración: cuidar de plantas es un constante prueba y error. Es probable que te enfrentes a dificultades y desafíos, y de esta manera, vas a trabajar tu tolerancia a la incertidumbre y la frustración.