Con la llegada del calor, las salidas al aire libre son más comunes con perros. Y aunque esto traiga múltiples beneficios para su salud, también hay que prestar atención a la presencia de insectos que pueden ser mortales para nuestras mascotas. Precisamente, existe un "bicho" llamado procesionaria del pino: una oruga que es reconocible por descender en largas hileras desde las copas de pinos.
Este insecto, de nombre científico Thaumetopoea pityocampa, se encuentra comúnmente en bosques de pino de Europa, Asia, el norte de África y América. En Argentina, se reconoció su presencia en zonas boscosas de la Patagonia o algunos lugares de Córdoba. Lo que hace peligrosa a esta oruga no es su aspecto, sino los miles de pelos urticantes que lleva en el cuerpo. Al contacto, liberan una toxina que puede desencadenar inflamación, irritación, vómitos, necrosis en la lengua o incluso dificultad para respirar en los perros.
Durante la primavera cuando descienden del pino para enterrarse en el suelo el riesgo de contacto con mascotas que pasean por zonas boscosas se eleva significativamente. “El contacto con un perro con la procesionaria del pino, es siempre una urgencia. La rápida actuación es la clave para reducir el efecto de la picadura; es necesario acudir a tu centro veterinario de confianza o a un centro de urgencias 24 horas para que se instaure un tratamiento adecuado lo antes posible”, mencionaron a Infobae desde Hospital Veterinario Puchol, en Madrid, España.
Los síntomas que no hay que ignorar
Cuando un perro entra en contacto con la procesionaria del pino pueden aparecer señales de alarma como:
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Hinchazón de la lengua, hocico o patas.
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Hipersalivación, vómitos, decaimiento.
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Lesiones en los ojos o úlceras corneales si la toxina alcanza la cara.
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En casos graves: inflamación de la garganta que puede comprometer la respiración y requerir atención veterinaria urgente.
Qué hacer si tu mascota tuvo contacto
La rapidez es clave. Si sospechás que tu mascota estuvo en contacto con la procesionaria:
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Retirala del lugar de riesgo sin manipular directamente la oruga (usar guantes si se tratara de remoción).
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Enjuagá la zona con agua tibia sin frotar, evitando que los pelos urticantes se rompan y liberen más toxina.
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Llevá al animal inmediatamente al veterinario, ya que puede necesitar tratamiento de urgencia.
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Evitá paseos en zonas de pinares donde se detecte la plaga, especialmente en primavera.
