Baba Vanga murió en 1996, pero su nombre sigue flotando en el imaginario colectivo. Igual que Nostradamus, es una referencia recurrente cada vez que el mundo enfrenta una crisis global. Sus seguidores le atribuyen predicciones tan disímiles como el hundimiento del submarino ruso Kursk, la muerte de Lady Di o el estallido del Covid-19. Ahora, en plena tensión internacional y con el clima bélico en Europa y Medio Oriente, resurge la pregunta: ¿predijo la Tercera Guerra Mundial?
La clarividente, nacida en Macedonia del Norte en 1911, es célebre en los Balcanes al asegurar que un ente divino le había otorgado el don de “ver el futuro”. Desde entonces, cada catástrofe natural o conflicto global fue leído a través de sus frases ambiguas. Este 2025 aparece como un año clave en sus visiones.
OVNIs, ciencia distópica y un 2025 inquietante
Entre sus predicciones para este año, Vanga habría mencionado la llegada visible de extraterrestres a la Tierra. El detalle no parece casual: en 2024, un video presentado ante el Congreso de EE.UU. mostró cómo un dron militar lanzaba un misil contra un objeto esférico sobre Yemen. El proyectil rebotó y el Objeto Volador No Identificado (OVNI) siguió intacto, un episodio que alimentó teorías conspirativas y reforzó la narrativa de los “avistamientos imposibles”.
Otra de sus visiones habla de órganos cultivados en laboratorios para reemplazar trasplantes. Si bien suena a ciencia ficción, China ya presentó avances en vientres artificiales capaces de gestar embriones, un desarrollo de la empresa Kaiwa Technology bajo la dirección del doctor Zhang Qifeng.
El fantasma de la Tercera Guerra Mundial
La predicción más temida, sin embargo, es la de una gran guerra. Vanga habría anticipado que “una fracción de la humanidad vivirá un año horrible”, lo que muchos interpretan como un conflicto global. El contexto actual no hace más que reforzar el miedo: Rusia y Ucrania siguen en guerra, Polonia denunció drones rusos en su espacio aéreo e Israel mantiene su ofensiva sobre Gaza pese a las condenas internacionales.
El fantasma nuclear, con las advertencias de Vladímir Putin sobre la posibilidad de usar armas de destrucción masiva, mantiene en alerta a Europa y a la OTAN. Un error de cálculo en las fronteras orientales podría ser el detonante de un enfrentamiento directo entre potencias.
¿Profecía o sugestión colectiva?
Al igual que con Nostradamus, las frases de Baba Vanga son interpretadas con una elasticidad notable. Sirven tanto para leer un conflicto bélico como para justificar avances tecnológicos o avistamientos de OVNIs. Lo cierto es que no existen pruebas fehacientes de que haya anticipado hechos puntuales.
Antes de su muerte, la vidente dejó un calendario de predicciones hasta el año 5079, cuando —según ella— terminaría la humanidad tal como la conocemos. En el medio, aparecen guerras, catástrofes y descubrimientos científicos que alimentan titulares cada vez que la realidad se tensa.
Más allá de los misticismos, lo que preocupa hoy es la política real. El tablero internacional está más convulsionado que nunca y las tensiones se multiplican. Quizás Baba Vanga no predijo nada, pero lo cierto es que sus visiones funcionan como espejo de los miedos de nuestra época.