Las bolas de fraile, también conocidas como berlinesas, son esas facturas esponjosas y dulces que nos transportan directamente a la infancia. Aunque parezcan complicadas, prepararlas en casa es más fácil de lo que imaginás. Con esta receta paso a paso, vas a poder recrear ese sabor auténtico de panadería en tu cocina, con ingredientes simples y un resultado espectacular.
Ingredientes para la masa (rinde 12 unidades)
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500 g de harina 000.
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50 g de manteca.
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2 huevos.
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100 g de azúcar.
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1 taza de leche tibia.
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25 g de levadura fresca.
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1 cucharadita de esencia de vainilla.
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Ralladura de 1 limón.
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Pizca de sal.
Para el armado y fritura
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Aceite neutro para freír (cantidad necesaria).
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Azúcar para rebozar.
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Crema pastelera o dulce de leche para rellenar.
Preparación de la masa
Empezá por disolver la levadura en la leche tibia con una cucharada de azúcar. Dejá que actúe durante 10 minutos hasta que forme espuma. En un bol grande, tamizá la harina y formá una corona. En el centro, agregá los huevos, la manteca pomada, el resto del azúcar, la vainilla, ralladura de limón y sal.
Integrá gradualmente la harina con los ingredientes húmedos y luego incorporá la leche con la levadura. Amasá enérgicamente durante 10 minutos hasta obtener una masa lisa y elástica que se despegue de las manos. Si fuera necesario, agregá un poco más de harina, pero recordá que debe quedar blanda.
Formá un bollo, colocálo en un bol aceitado, tapálo con film y dejá levar en lugar tibio durante 1 hora o hasta que duplique su volumen. Este paso es crucial para lograr esa textura aireada característica de las bolas de fraile.
Una vez leudada la masa, estirala sobre una superficie enharinada hasta lograr un grosor de 2 cm. Cortá círculos usando un cortapasta o un vaso. Colocalos sobre una placa enharinada, tapalos con un repasador y dejá que leve nuevamente por 30 minutos hasta que estén hinchaditos.
Calentá abundante aceite en una cacerola a fuego medio. La temperatura ideal es 170°C. Si no tenés termómetro, probá con un pedacito de masa: debe hundirse y subir lentamente. Freí las bolas de fraile por tandas, sin llenar la cacerola, dándoles vuelta para que se doren por igual.
Una vez fritas, colocalas sobre papel absorbente. Dejá que se enfríen completamente antes de rellenarlas. Usá una manga con pico larga para inyectarles abundante crema pastelera o dulce de leche. Por último, rebozalas en azúcar común o impalpable.
Conservación y disfrute
Las bolas de fraile caseras se conservan hasta 2 días a temperatura ambiente en un recipiente hermético. Si las refrigerás, podés recalentarlas unos segundos en el horno para recuperar su textura. Son perfectas para la merienda, el desayuno o cuando tenés visitas inesperadas.
Preparar estas delicias en casa no solo te garantiza una calidad superior, sino que además llenará tu hogar de aromas que evocan los mejores recuerdos. Animate a probar esta receta y sorprendé a tu familia con el auténtico sabor de las bolas de fraile recién hechas.