Sandra Ortonobes, biomédica: "Cuando nos rasuramos, los pelos no cambian en absoluto"

Pese a la creencia de que los pelos "se engrosan" una vez que se rasura, la conocida biomédica negó que esto suceda y explicó el por qué de la sensación.

26 de agosto, 2025 | 17.22

Rasurarse el cuerpo es una de las formas más rápidas y populares de depilarse el cuerpo. Sin embargo, a medida que su práctica se fue haciendo más habitual, empezaron a surgir muchas teorías con respecto a los efectos que puede tener en el cuerpo. Una de las más comunes es que "los vellos crecen más gruesos", pero una experta en biomedicina se encargó de negar esta teoría.

Consultada por el medio La Vanguardia, la biomédica y divulgadora, Sandra Ortonobes reveló que esta creencia es falsa y lo explicó de forma científica. "A medida que el pelo vuelve a crecer, su punta puede hacer que el vello se sienta más grueso o más rígido al tacto. Es simplemente una ilusión", empezó por decir.

En este marco, sumó: "Al no tener la punta fina que tenía antes, parece más grueso, pero en realidad, cuando nos rasuramos los pelos no cambian en absoluto”. De esta manera, la biomédica desmintió uno de los rumores más fuertes sobre este método de depilación.

Sin embargo, que este hecho no sea verdad no quiere decir que a todo el mundo le quede cómodo este tipo de depilación. Incluso, hay muchas personas que sufren de vellos encarnados o sarpullidos, y por este motivo es recomendable consultar con un dermatólogo para que oriente la situación.

Cuáles son los beneficios de rasurarse

Rasurarse no es solo una cuestión estética, también trae consigo varias ventajas relacionadas con la higiene, el confort y la confianza personal. En primer lugar, la piel luce más prolija y cuidada, ya que la eliminación del vello genera una sensación de limpieza inmediata. Esto se traduce en una apariencia más fresca, algo muy valorado tanto en el ámbito personal como profesional.

Además, al reducir la presencia de vello, la piel puede mantenerse más ventilada, lo que disminuye la acumulación de sudor y bacterias en determinadas zonas del cuerpo. Esto ayuda a evitar malos olores y reduce el riesgo de irritaciones o infecciones cutáneas.

Otro beneficio importante está relacionado con la suavidad. La piel rasurada se siente más tersa, lo que puede mejorar la comodidad diaria y, en muchos casos, potenciar la seguridad y autoestima de quien lo practica. En lo deportivo, también resulta útil: varios atletas prefieren rasurarse porque facilita la recuperación muscular tras masajes, mejora la aerodinámica en disciplinas como la natación y contribuye a una higiene más simple después de entrenar.