La decoración de interiores entra en una nueva era donde los espejos se imponen como protagonistas absolutos. Este elemento, que alguna vez fue un mero accesorio funcional, desplazó a los cuadros y adornos tradicionales para convertirse en el recurso preferido de arquitectos y diseñadores a la hora de crear espacios amplios, luminosos y con identidad.
Según los especialistas, el auge de los espejos responde a una mirada más consciente del interiorismo. Cada objeto debe tener un propósito que vaya más allá de lo estético. Un espejo bien ubicado puede modificar por completo la percepción de un ambiente, aportando dinamismo y profundidad, especialmente en hogares de dimensiones reducidas donde cada metro cuenta.
Cuáles son los espejos más elegidos
Los tipos más elegidos varían según el espacio. En el baño, los espejos modernos con luz LED y marcos minimalistas aportan funcionalidad y amplitud; en dormitorios, los modelos de pie suman verticalidad y elegancia; mientras que los decorativos, con marcos de diseño, funcionan como piezas centrales que expresan estilo y personalidad.
Su mantenimiento, además, es simple. Basta con una limpieza semanal con un paño de microfibra y una mezcla de agua con vinagre para conservar su brillo y evitar rayones. Para los expertos, integrar espejos en distintos ambientes permite que las paredes “respiren”, reemplazando la rigidez de los cuadros por una propuesta más fluida, moderna y versátil.
Así, esta tendencia no solo redefine la estética del hogar, sino también la manera en que se habita: espacios más vivos, luminosos y funcionales, donde cada reflejo suma carácter y sentido.
