Destino San Javier: sus canciones propias y la herencia de un legado clásico del folklore

El trío tucumano dialogó con El Destape tras el estreno de su disco, Huracán de Amor. Franco Favini, Paolo y Bruno Ragone contaron cómo viven el presente del trío y cómo fue separarse de los clásicos de sus padres para crear sus propias canciones.

10 de octubre, 2025 | 14.07

Franco Favini, Paolo y Bruno Ragone decidieron hace años seguir el camino de sus padres -fundadores del icónico grupo folklórico Trío San Javier- pero con su propia impronta. Huracán de Amor es una nueva prueba de ello; a casi diez años de aquel primer disco de versiones de los hits de sus padres, los músicos apuestan una vez más por una propuesta innovadora a nivel sonoro y lírico.

“Vivimos esta era con mucha expectativa; nos vamos encontrando con cada una de las ciudades donde llega Huracán de Amor y la gente lo recibe con muchas ganas, mucho fervor”, cuenta Bruno Ragone sobre la actual etapa que atraviesa Destino San Javier, con su tercer disco hecho con composiciones propias en sus manos. “Está buenísimo porque son canciones nuevas y uno no sabe lo que va a pasar. Es más, vas descubriendo cuáles son las canciones que más le gustan a la gente. Es una etapa de descubrimiento para nosotros”.

Destino San Javier lanzó su primer disco -homónimo- en 2016, solo con versiones modernas de los clásicos instalados por sus padres en el siglo pasado. Sobre el salto de ese material a componer sus propias canciones, Paolo asegura: “Fue todo un aprendizaje y un camino. Lo fuimos descubriendo a medida que iban pasando no solo los discos, sino también en los shows, donde íbamos teniendo contacto con el público, animándonos también a componer”.

Los Destino se atuvieron a un principio fundamental de la ciencia al animarse a hacer sus canciones: prueba y error. En el proceso de grabación del disco anterior -Amanece-, tenían varias piezas ya hechas en el estudio pero antes de conformar el tracklist definitivo probaron las canciones en vivo. “Hemos tenido gracias a Dios una cantidad muy significativa de shows que nos ha dado esta posibilidad”.

“Hay nuevas canciones que cuando las grabamos decíamos ‘esta la rompe’ y después en vivo no pasaba nada, y a la que menos fé le teníamos hacía explotar a la gente. Así que el proceso de pasar de versiones del Trío San Javier a empezar a forjar nuestro propio camino como Destino, desde el sonido hasta las letras de las canciones, fue un proceso muy lindo pero también muy difícil”, reflexiona el músico de 43 años.

Destino San Javier.

A Monteros, La Oma, Por Qué Será y Quince Primaveras son algunos de los clásicos del Trío San Javier que quedaron impregnados en el inconsciente colectivo a pesar de las décadas. En su búsqueda por una sonoridad propia y la creación de nuevos hits de su autoría, los Ragone-Favini tienen una “batalla” contra sus propios padres: la vara del éxito y popularidad de esas canciones quedó muy alta. “Pero está buenísimo porque hemos tenido buena repercusión, así que venimos bien. ¡A la gente le gusta, es importante!”, suelta Paolo entre risas.

“Generar nuevas canciones es apostar a recorrer un camino muy difícil. Pero que el día de mañana, quizá de veinte, treinta o cien canciones que hagamos quede una; a eso solamente el tiempo lo va a decir. Cómo la gente se va a sentir identificada, cómo las canciones van a sensibilizar al público”, señala Franco Favini. Y sigue: “Lamentablemente nosotros, desde el lado de la propuesta, no podemos sentirlo. Cuando trabajás en la producción, en el estudio, perdés un poco de esa sensibilidad fina, pero la recuperás cuando tocás en vivo”.

“Nosotros les decíamos ‘háganlo así’ y ellos no querían”

El primer disco de Destino San Javier fue en realidad cumplir una fantasía de infancia para Paolo, Bruno y Franco: cuando ellos eran chicos y sus padres aún tocaban, les sugerían que cambien aspectos estéticos de las canciones pero ellos permanecían aferrados a sus premisas, a la tradición. “Nosotros les decíamos ‘cambien esto, háganlo así’, y ellos no querían”, recuerda Paolo Ragone en alusión a la impresión de modernidad sonora que le dieron a los hits de sus padres.

“El tradicionalismo cerrado que en algún momento le dio valor a la música folklórica, con el tiempo empezó a quedar un poco más retrógrado y hoy en día creo que prácticamente no está. La fusión, la mezcla, siempre hace bien, lo único en lo que podemos estar o no de acuerdo es en el criterio. Pero nosotros no podemos opinar de eso, sino que la respuesta total la termina dando el público, sin dudas”, concluye Favini.