Julia Conde es una directora audiovisual nacida en Ramos Mejía especializada en medios mixtos. Su trabajo combina técnicas de animación, acción real y diseño gráfico, adaptándose a la narrativa de cada proyecto. Con tan solo 26 años ya dirigió cortometrajes para Bizarrap y videoclips para artistas como Trueno, Aitana y Blessd, entre otros. También fue la mente detrás de la dirección visual del disco .MP3 de Emilia Mernes y de los shows de su gira mundial.
En diálogo con El Destape, la artista visual compartió cómo es su minucioso proceso creativo detrás de cada obra. Julia habla con una calma sincera, como quien tiene muchas ideas y sabe que cada una necesita su tiempo para madurar. Su capacidad para observar lo mínimo, sumado a su sensibilidad musical, la convirtieron en una de las directoras visuales más innovadoras y requeridas de la escena. Y aunque hoy está sumergida en el universo de la música, su amor por el cine sigue latiendo con fuerza y es hacia donde quiere ir a futuro.
¿Cómo suele ser tu trabajo con artistas musicales? ¿Ellos te traen una idea o sos vos quien propone el concepto?
- A veces vienen con una idea muy puntual, algo que tienen en mente pero no saben bien cómo llevarlo a cabo. Ahí es cuando me toca interpretar eso, bajarlo a tierra o, a veces, volarlo más alto. Otras veces pasa al revés: yo soy la que propone y el equipo es quien me baja. Hoy en día me convocan más para proponer ideas desde cero. Al principio era distinto: me traían un concepto y yo aportaba desde lo visual, pero con el tiempo eso fue mutando.
¿Y cómo es tu proceso creativo cuando te toca proponer una idea original?
- Lo primero que hago es investigar al artista. Me gusta tener una charla directa, conocerlo, escuchar lo que se viene musicalmente. Tengo un método al que llamo “el método iceberg”: recolecto muchas referencias, aunque algunas no lleguen al producto final. Armo PDFs larguísimos con disparadores visuales. Sé que al final quizás queda solo un 1%, pero ese proceso me ayuda a descubrir el tono del proyecto.
Julia Conde, la mente creativa detrás de los videoclips de los artistas más escuchados de la Argentina
Uno de tus trabajos más reconocidos fue la estética de .MP3, el disco de Emilia Mernes. ¿Cómo surgió esa idea?
- Venía de trabajar con Emilia en Tú crees en mí, donde habíamos creado un personaje. A las dos nos gusta la animación, así que queríamos seguir por ahí. Cuando me trajo el concepto de los 2000, pensé en que no fuera solo ropa o estética superficial. Me interesaba construir un universo con más profundidad. Lizzie McGuire fue un punto de partida, por el uso de animación y el estilo mix media. También empecé a mirar objetos de mi infancia: una cámara de Barbie llena de stickers, gadgets como celulares, cocinitas, la GameBoy… y ahí apareció el MP3 como el gadget musical por excelencia. En los visualizers jugamos con eso: entrar y salir de una computadora, una habitación, una consola. El logo también era un sticker. Me metí muy a fondo en esa idea.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar en el videoclip Déjame Tranki de LIT Killah? Donde también exprimiste a fondo el universo de la animación.
- Fue un desafío porque Khea, que canta en la canción, no iba a estar físicamente en el videoclip. Entonces pensamos cómo hacer un video atractivo sin ellos, sin los protagonistas. La solución fue armar todo con personajes animados. Jugamos con distintos estilos: stop motion, cómic, figuras de acción. La idea era que se sintiera como un evento de fans. Recién al final algunos se daban cuenta de que los artistas no aparecían. Para que funcione usé reglas visuales: LIT siempre de violeta, Khea de celeste, formas de cara diferentes, detalles en la ropa… Así, aunque variara el estilo, el espectador sabía quién era quién.
¿Hay videoclips que te hayan marcado cuando eras chica?
- Sí, soy muy fan de Gorillaz y de Blur. Sus videos fueron fundamentales para mí. Gorillaz fue una de las razones por las que me volqué a la animación y al mix media cuando estudiaba cine. También soy fan de El Cuarteto de Nos. Hay un video, Yendo a la casa de Damián, que me voló la cabeza. Es como una mezcla entre Los Sims y el GTA, con una estética trash, pero muy innovadora para su momento.
¿Pudiste trabajar con El Cuarteto?
- Sí, de hecho, recientemente estrenamos el tercer video que hice para ellos y recién volví de la gira donde los estuve acompañando. Es muy emocionante porque los admiro muchísimo y además son muy buenas personas. Sus fans son muy nerds, como yo. Cuando estrenamos un video, lo expanden: hacen fan fictions, historietas, continúan las historias de los personajes. Es como si yo lanzara un germen y ellos lo multiplican.
¿Con qué artistas soñás trabajar?
- Gorillaz, definitivamente. Damon Albarn es mi top uno. También el Indio Solari, los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, y Nathy Peluso, que me encanta y con quien todavía no tuve oportunidad de trabajar.
Hoy estás muy enfocada en la música, ¿pero te gustaría volver al cine o a la ficción?
- Sí, es mi sueño. A fin de año voy a hacer mi corto. Tengo muchos guiones, de cortos y de series, y quiero empezar a concretarlos. No estoy apurada, porque lo que me pasa con la música lo estoy disfrutando mucho. Volví hace poco de un show en Chile y todavía me sorprende todo lo que estoy haciendo. Los recitales no tienen nada que ver con el cine, pero los disfruto tanto… Quiero seguir con esto, pero el cine sigue siendo mi faro.