Festival Montaña 2025: el encuentro que puso a Mendoza en el mapa grande de la música nacional

El Festival Montaña debutó en Luján de Cuyo con más de 12 mil personas, un line up diverso y una producción impecable que convirtió a Mendoza en epicentro de la música, el arte y la identidad.

20 de octubre, 2025 | 18.03

El sábado 18 de octubre, Luján de Cuyo amaneció distinto. El aire olía a vino joven y a pasto recién cortado, y el sol parecía haberse aliado con la música para escribir la primera página de una historia que promete seguir creciendo. En el Multiespacio Cultural, a los pies de la cordillera, más de 12 mil personas dieron vida al debut del Festival Montaña, una celebración que unió lo natural con lo urbano, la raíz con la modernidad, y que hizo vibrar a Mendoza como pocas veces antes.

Desde temprano, las carpas y los food trucks comenzaron a desplegar su rutina de aromas y colores. Los primeros acordes llegaron con Magnolia, que inauguró el escenario sur con las canciones de Nómada, abriendo el camino a una jornada que duraría más de ocho horas. La Blunty y los chilenos Niños del Cerro marcaron el pulso inicial de un line up que, como la geografía mendocina, abrazó contrastes y alturas.

Zoe Gotusso en el Festival Montaña.

El recorrido musical fue un mapa de emociones: el humor y la frescura de El Kuelgue, la electrónica precisa de Peces Raros, la ternura de Zoe Gotusso, la energía contagiosa de Cruzando el Charco. Entrada la noche, Trueno encendió el cielo cuyano con su potencia y su regreso esperado: fue su despedida de Argentina antes de girar con Gorillaz por el mundo. El público no dejó de saltar, de corear, de sentirse parte de algo nuevo.

El Kuelgue en el Festival Montaña.

Y cuando parecía que la jornada no podía subir más, No Te Va Gustar desplegó tres décadas de canciones, un puente emocional entre generaciones. Dillom, por su parte, convirtió el escenario sur en un ritual eléctrico, incómodo y necesario, como solo él sabe hacerlo. El cierre, con Peces Raros y su rock electrónico, fue un estallido final: luces, sintetizadores y la certeza de haber presenciado algo histórico.

Dillom en el Festival Montaña.

No Te Va Gustar en el Festival Montaña.

Montaña, vino y música 

Pero el Montaña fue mucho más que un festival de música. Fue también un paseo por los sentidos. El wine garden Vino al Refugio reunió bodegas mendocinas que ofrecieron sus etiquetas bajo el cielo estrellado, mientras el patio Sabores del Pedemonte mezclaba aromas de empanadas, opciones vegetarianas y platos sin TACC. En los muros, los artistas Cees, Hechicero One y Planeta Visual 1 pintaron murales inspirados en la naturaleza, y la mendocina Ayelén Bonelli, junto a Vacanegra Diseño, creó la gema que se convirtió en símbolo del festival: una pieza que condensa su espíritu y energía.

En total, mil personas trabajaron detrás de escena para hacer posible el debut: producción, técnica, logística y seguridad. Todo pensado al detalle por Produce Crack Mendoza, En Vivo Producciones y Popart Music, con el apoyo del Gobierno de Mendoza y la Municipalidad de Luján de Cuyo. El resultado fue impecable: un evento que no solo aportó a la economía local, sino que dejó una marca emocional en quienes lo vivieron.

Este debut superó todas las expectativas. La respuesta del público y la calidad artística confirman que Mendoza tiene todo para ser escenario de un festival de nivel nacional”, aseguraron los organizadores, que ya piensan en la edición 2026.

Cuando el último acorde se apagó y las luces comenzaron a bajar, la sensación era unánime: algo nuevo había nacido entre las montañas. Un festival que no solo llevó música a Mendoza, sino que hizo que la provincia, sus artistas, su gente, su paisaje, sonara al unísono. Montaña no fue solo un estreno: fue un comienzo.