Mandarine Park & Tent de Punta Carrasco recibió este domingo 2 de noviembre la cuarta edición del Music Wins Festival, la que definitivamente lo consolidó como la propuesta independiente por excelencia en estos pagos. Además de dar sendos shows acordes a su trayectoria, Massive Attack y Primal Scream -los grupos con mayor cartel encargados de cerrar la jornada- dejaron en claro su apoyo a la causa palestina y sus fuertes críticas a Trump, Milei, Netanyahu y la creciente derecha global.
El festival contó con cuatro escenarios por los que pasaron más de 20 bandas, entre grandes shows internacionales, confirmaciones nacionales y una variada oferta de experiencias, tal como acostumbran esta clase de eventos en los tiempos que corren. En lo que fue su versión más convocante hasta el momento, la música volvió a triunfar en el Music Wins, incluso por sobre la nutrida agenda de vuelos que salían y llegaban desde Aeroparque, a escasos metros.
Los internacionales: agenda política clara y concisa, y shows demoledores
Massive Attack con su trip hop a cuestas -por más que renieguen de ser uno de sus mayores representantes- fue el encargado de cerrar el escenario Music ante una multitud que se acercó hasta Mandarine Park. Con una lista centrada principalmente en su exitoso disco Mezzanine (1998) y un claro mensaje político contra la derecha global encarnada en Donald Trump, Elon Musk y Benjamin Netanyahu, entre otros, el grupo británico deslumbró en el cierre del Music Wins Festival. La presencia del "colaborador en jefe" Horace Andy (legendario cantante jamaiquino) y la inmensa Elizabeth Fraser (voz de Cocteau Twins) solo hicieron que la propuesta de Massive Attack creciera en intensidad, densidad y oscuridad etérea.
Solo un ratito antes, Primal Scream reafirmó su veta festivalera con un Bobby Gillespie divertido y tribunero, que no paró de ofrecerle guiños al público argentino que saltó y bailó al ritmo que los escoceses quisieron. Además de invitar a todos al concierto en solitario que darán este lunes 3 en el C Art Media, dedicó el hitazo Country Girl a Diego Armando Maradona, ídolo también allá en el norte por la "mano de Dios" ante los ingleses en el 86. En varias ocasiones flameó una bandera palestina y hasta se animó a culpar al "hijo de puta" de la motosierra por no venir tan seguido a estas tierras.
En un horario poco habitual, Yo La Tengo aprovechó para hacer un poco de ruido mientras pasaban aviones y el público empezaba a llenar Mandarine Park. Después del show acústico que dieron en la previa en Deseo, el trío oriundo de Hoboken enchufó sus guitarras para un set breve pero conciso y demoledor. Un ratito después, los franceses de L'Impératrice hicieron bailar a miles con su propuesta pop eléctrica.
Los nacionales: la confirmación de una realidad ineludible
Pese a los llamativos nombres internacionales que hacían brillar el cronograma, la oferta nacional no solo no se quedó atrás sino que le dio la oportunidad a más de uno para evidenciar que ya no están "en ascenso". Fue el caso de Camionero, Winona Riders, Fonso y las Paritarias y Nina Suárez. Con un sonido más rockero y potente, el presente de la escena local es una certeza que el público ya adoptó.
Music Wins Festival se consolidó como la propuesta festivalera independiente, algo que sin dudas supieron aprovechar e inclusive hacer crecer las bandas argentinas. Sakatumba, OK Pirámides, Socorro, Hannie Schaft, Ale Cares y los Magos Farciar, Máze, Terrores Nocturnos, Juana Aguirre, Evlay e Isla Mujeres completaron la grilla de una jornada para el recuerdo, la más convocante hasta el momento para el festival que organiza Indie Folks hace ya varios años, y son la prueba cabal del variado presente del que goza la música independiente argentina.
