Roly Serrano, el hombre que volvió de la muerte: su lucha por cambiar de vida, su regreso al teatro y por qué le dijo que no a Wanda Nara

El querido actor Roly Serrano volvió al teatro con Yepeto, de Tito Cossa, luego de un terrible accidente que lo dejó 9 meses internado y luchando por su vida.

27 de agosto, 2025 | 19.08

Rolando Serrano, “Roly” para la gente, volvió a la actuación luego del accidente vial que lo dejó postrado durante nueve meses (tres de ellos en estado inconsciente, peleando por su vida) de la mano de Yepeto, un clásico de Tito Cossa. Al actor nacido en Guachipas, Salta, lo acompañan Alan Madanes y Luisina Arito, en su regreso a los escenarios tras una vida de luchas. "Creo en la fe de las personas, en la oración de la gente", reflexionó Roly en un mano a mano con El Destape, emocionado por el impacto popular que causó su internación y por la revancha que le dio la vida.

A sus 70 años, Roly cumple el sueño de su vida con la posibilidad de interpretar aquella obra que vio en su juventud con protagónico de Ulises Dumont y Darío Grandinetti.  "‘Ojalá algún día crezca lo suficientemente bien como intérprete para poder hacer esta obra, que es muy difícil’, pensé durante mucho tiempo…. Y bueno, después de todos los momentos duros que pasé, poder hacer hoy Yepeto es un regalo de la vida”, agregó el actor que carga con una larga historia de heridas y resiliencia. La nueva vida de Roly Serrano, los desafíos que trae su rehabilitación y por qué cree que hoy es el mejor momento para adaptar autores argentinos en el teatro.

Cuando decís que Yepeto es una obra difícil, ¿a qué te referís?

- A que el texto tiene la complejidad de las grandes obras teatrales, que no son las que actualmente abundan en las carteleras. Obras como Yepeto te piden una determinada justeza en el trabajo, una búsqueda muy precisa. No es lo mismo hacer una comedia coloquial con un texto que podés cambiar de arriba a abajo, a meterte con un texto que impone respeto.

Me parece muy importante traer a un autor como Tito Cossa ahora, en un momento del país donde se está bastardeando tanto al arte en sí, como diciendo que no sirve porque solo “lo ven 4 personas”. Ya sabés de qué estoy hablando…

La postura anti cultura de funcionarios del Gobierno actual y del presidente Javier Milei…

- Empezando por ahí. Y lo terrible es que hay gente de nuestra comunidad artística que está repitiendo los mismos desvalores hacia el arte.

Polémica con Homo Argentum y Guillermo Francella, por ejemplo.

- Que un compañero actor decida alinearse detrás de un gobierno como este es nada más que la realidad de la vida. Todos tenemos pensamientos distintos y lo mínimo que tenemos que hacer es respetarnos los unos a los otros. Es su manera de pensar, pero pienso que es una lástima porque el arte te permite abrir la cabeza en determinada manera, el arte te permite reflexionar más, el arte te permite comprender entre el bien y el mal. Me duele mucho que compañeros actores se alineen detrás de un sentimiento tan duro y con la manera agresiva con la que algunos lo hacen. Me duele aún más cuando son personas muy conocidas, que las personas suelen escuchar mucho porque, por una razón u otra, los quieren. Me parece que es un retroceso muy grande en la sociedad. 

¿Vos sos amigo de Francella?

- Hemos compartido cosas y trabajado juntos, pero no puedo considerarlo mi amigo. Amigos son mis amigos (se ríe).

Roly Serrano, Osvaldo Laport y "El Puma" Goity.

En las redes sociales te has mostrado muy cariñoso con Osvaldo Laport, “El Puma” Goity, Coco Sily.

- Ellos sí son mis amigos, son mis hermanos. Con ellos se habla de estos temas, son amigos con los que tenemos pensamientos en común aunque así y todo hay diferencias. Yo, por ejemplo, soy muy amigo de Martín Seefeld, que tiene un pensamiento muy macrista, y yo soy lo opuesto, y jamás se me hubiera ocurrido insultarlo ni nada por el estilo. Lo quiero mucho y lo respeto mucho como actor, como compañero y como persona. En lo particular me enervan mucho los “ismos” e “istas”, porque te etiquetan como persona. Y yo creo que somos más que eso.

"Me di el alta solo": el camino de la rehabilitación y por qué le dijo que no a MasterChef

Te veo mucho más delgado. ¿Bajaste de peso?

- Sí, bajé cerca de 60 kilos y dejé de fumar. Pasé la peor etapa de abstinencia dormido y no me di cuenta del trabajo que hizo mi cuerpo. Ahora trato de mantenerme en mi peso y no hacer locuras con la comida como cuando atravesaba una fuerte depresión (hace referencia a los momentos posteriores al fallecimiento de su compañera de vida Claudia, en 2004). No estoy fantástico, pero me cuido y pienso más en las cosas.

Vuelvo a Yepeto. Asistí a la función donde estaba el personal médico que te salvó la vida en tu última internación…

- ¡Ah, estuviste ese día! Fue emocionante. Yo no sabía que iban a venir y a último momento me avisaron que estaban ahí. Y me morí, viví algo realmente especial…. El otro día me preguntaron qué sentía estando internado, en qué pensaba, y yo respondí que, en definitiva, mi pensamiento estaba centrado en el día lunes. Quería adelantarme seis meses y no transitar todas las cuestiones clínicas que son horribles y que se vuelven gratas y amenas gracias a toda esta gente que viene a atenderte, que se levanta más temprano que vos, que te trae el desayuno a la cama, te pone la inyección, te cura, te limpia. Ese valor hacia esas personas lo reconocés únicamente cuando vivís una situación como la que yo viví.

Recibiste el alta en diciembre del año pasado. ¿Cómo fue el proceso de reinsertarse en el oficio?

- Me di de alta solo. La mitad de los médicos me la habían dado y la otra mitad no, pero como yo tenía capacidad de veto gané yo (se ríe). En mi cabeza ya necesitaba el alta y era algo que había charlado con mi psicóloga. Pero bueno, en el hospital estás protegido, nada te afecta, todos te cuidan, te llevan, te traen… y cuando salí, lo primero que pasó es que me empezaron a llegar un montón de propuestas para hacer teatro en Villa Carlos Paz y Mar del Plata, porque mi regreso a la actuación significaba mucha prensa. Pero fue Osvaldo Laport quien dio en la tecla y un día, en la clínica, me dijo que quería tener una charla adulta conmigo y me preguntó si me sentía bien para salir a trabajar en ese momento. Normalmente uno quiere estar arriba de un escenario, deseas respirar ese aire de nuevo y los actores tenemos la omnipotencia de pensar que todo lo podemos hacer, pero no. Y le tuve que dar la razón a Osvaldo, priorizando mi curación.

Meses después -ya había pasado un buen tiempo desde mi internación- yo ya caminaba, andaba por la casa, me había comprado una camioneta nueva y estaba volviendo a manejar, y ahí apareció Yepeto, mi sueño de toda la vida desde que la vi por primera vez. Y acá estamos. Yo siento que a veces hay alguien, un ángel, que siempre me regala algo en la vida.

Después de Yepeto, ¿qué sigue?, ¿MasterChef?

- Por ahora solo Yepeto. Me invitaron a participar en MasterChef Celebrity pero no voy a poder hacerlo. Decliné la propuesta porque eran muchas horas de grabación, que me iban a demandar un esfuerzo físico importante y yo no sé si todavía puedo responder a ese nivel. Me encanta, es una maravilla cocinar, pero prefiero que me den una ficción.

La última. Contaste que te compraste una camioneta y volviste a manejar. ¿No quedaste con miedo después del accidente?

- No. Cuando era chico vivía en el campo con mi papá y siempre andaba a caballo, vivía en el caballo. Un día, me quise subir al caballo y el animal empezó a saltar hasta que me tiró y me dejó mullido, destrozado. Ese día volví a casa todo lloroso y mi papá abrió una botella de ginebra, me dio un trago y me dijo: “Ahora vaya y suba de nuevo al caballo”. Y volví, me subí y empecé a dar vueltas. Después, le pregunté por qué me dijo eso y me respondió: “Porque si no hubieses subido al caballo, no lo ibas a hacer nunca más”. Volver a manejar es eso, solo que ahora lo hago con más respeto que antes.