Osvaldo Rinaldi es uno de los tantos exjugadores argentinos que tuvo la difícil tarea de marcar a Diego Armando Maradona en varias ocasiones en su carrera, pero también tuvo la oportunidad de compartir momentos, partidos y la gloria con la Selección Argentina. El exvolante de San Lorenzo de Almagro lo recordó a cinco años de su muerte con emotivas palabras en las que lo describió tal cuál era dentro y fuera de la cancha. No hay dudas que el "Pelusa" dejó su huella en la gente, pero también lo hizo en aquellos que alguna vez trataron de sacarle la pelota de los pies y en quienes se la pasaban.
En diálogo con El Destape, aquel mediocampista que gritó campeón con la "Albiceleste" en el Mundial juvenil de Japón 1979 de la mano de César Luis Menotti y un joven Diego, no dudó en contar lo que vivió junto a él en el verde césped. Partidos del "Ciclón" contra Argentinos Juniors o Boca con el Diez como capitán, duelos personales e instantes que disfrutaron afuera del campo de juego son algunas de las anécdotas que reveló el exjugador que lo conoció a fondo.
Osvaldo Rinaldi sobre Diego Maradona como rival y compañero dentro de la cancha
¿Cómo era jugar contra Diego?
Era muy difícil. Al principio, cuando lo enfrenté, fue la primera época de él en Argentinos Juniors en 1978. Siempre fue una persona excepcional. Tenía la ventaja con todos los demás que nunca fue una promesa, él ya era una realidad. Hoy si me dicen cuándo pensás que empezó la era de Diego es cuando nació de la panza de Doña Tota. Lo cruzo en un partido que le ganamos 2 a 0 con San Lorenzo a Argentinos Juniors, se me acercó, me saludó y me dijo que nos íbamos a encontrar, sabía que estaba de sparring con la Selección del 78. Diego fue una persona con un cariño inmenso que siempre tuvimos características positivas con él. Le pegaban patadas por todos lados, pero Diego siempre estuvo ahí. Era el primero en entrenar, se quedaba después de hora perfeccionando la pegada.
- ¿Cómo era el plan para marcarlo cuando estaba enfrente?
Cuando vos querés marcar a él, como en esa época, a Bochini o al Beto Alonso, sabías que en un segundo se te escapaba, podías tener la marca más extraordinaria durante 90 minutos, en el 91 te pasaba y generaba la jugada más extraordinaria. Coincidí en partidos siendo el capitán de San Lorenzo y él de Boca. Me acuerdo de la foto clásica con él y el árbitro me dice: 'Quiero la camiseta tuya'. No me acuerdo cómo salimos, pero cuando me voy para la mitad de la cancha la intercambié con Brindisi que me dio la 7. Cuando llegué a Diego me dice: '¡Ah, qué amigo! Se la diste a Brindisi'. En la vuelta ni me hablaba, estaba totalmente ofendido que no le había cambiado la camiseta. Me dice: '¿Hoy vas a cambiar la camiseta con Brindisi de nuevo?' Estaba re enojado, después se cagó de risa e intercambiamos la camiseta. Era un genio total, era parte de su vida que era el fútbol.
- Como capitán de San Lorenzo, ¿Qué le decías al equipo para que lo marque?
Jueguen y superenlo. No hay nada que se pueda decir para superar a esa clase de jugadores. Una vez marqué a Bochini mano a mano, no se la dejé tocar y faltando 3 minutos me tiró un caño que quedé estampado contra un costado. Diego es como Messi, tuvimos a los dos más grandes jugadores durante mucho tiempo y te malacostumbrás. Vos podés ir y sacarle una pelota, cortar, pero tenés que estar pensando que no es nada. Ponete contento, pero en dos segundos te puede pasar lo más increíble. Hoy jugando un Mundial Diego no le hubieran pegado tanto como en el 82 y en aquel momento tenías la libertad, pero también era difícil agarrarlo. Diego fue así siempre.
- ¿Qué se siente ahora que no está presente?
No lo tenemos, uno hubiera hecho cualquier cosa por tenerlo porque se comportó siempre muy bien con todos nosotros. Él está siempre y va a estar siempre, los recuerdos con él son todos maravillosos. En José C. Paz cuando entrenábamos se quedaba hasta después de hora perfeccionando el tiro. Una vez se quedó solo, ponía la pelota fuera del área y pateaba por arriba del travesaño. Un periodista de Japón me dice: 'Está pateando y no emboca ninguna'. Yo le contesté: ¿Usted sabe lo que está queriendo hacer? Quiere que la pelota pase por arriba del travesaño y le pegue a las plantas que están abajo. Al ratito la corría un metro y entraban todas en el ángulo. Hasta esas cosas hacía, calculaba cosas que solamente eran de su improvisación. La cabeza de Diego era una luz.
- ¿Cómo fue la marca contra él en el Mundial 79?
Siempre lo protegíamos y a veces no había necesidad porque era valiente, humilde y un gran jugador. Teníamos un equipo que todos manejábamos muy bien la pelota. El que lo marcaba, en un segundo que se descuidaba Diego en vez de devolver enganchaba y se te iba donde quería. No me olvido más una jugada que agarra la pelota Hugo Álvez y Diego se la pide cuando todo el equipo se le estaba por tirar. La pica en el aire, él se eleva, saca un taco y yo -distraído mirando la jugada- la pelota me pegó en el pecho y salí jugando. Dije: '¿Cómo hizo este hombre?'. A partir de ahí me di cuenta de que tenía que estar preparado para todo, te malacostumbrabas. Lo extraordinario parecía una costumbre. Una vez erró un penal con Argentinos Juniors contra Vélez y le dije 'Gracias, Diego. Erraste un penal'. Le dije 'Si vos lo erraste lo podemos errar todos'. Es una ayuda a los demás cuando no los ataquen cuando erran un penal.
- ¿Cómo era concentrar con Diego?
Éramos nenes. Cuando el profe (Ricardo) Pizzarotti se iba en José C. Paz, antes controlaba que estemos todos durmiendo pero estábamos todos despiertos haciendo que dormíamos para seguir jugando. 'Peleábamos' los de arriba con los de abajo con toallas, baldazos y Diego era uno más. Nunca vino y dijo 'yo soy tal'. Cuando lo enfrentabas ya era muchísimo más. Sólo 2000 personas en el mundo fueron al casamiento en el Luna Park, a nosotros nos invitó a todos. Cuando entré lo fui a visitar, me dijo: '¿Qué te crees? ¿Que me iba a olvidar de vos? Y yo me orinaba encima. Fue maravilloso, todo lo que tengo que decir es que tuve la suerte de poder haber disfrutado de una persona y de un jugador extraordinario.
- ¿Qué opinas sobre la frase "La pelota siempre al diez"?
A la pelota, la única vez que la vi sonreír, siempre fue en los pies de Diego. Era un compañero extraordinario que podía tocar de primera mil veces. Yo de 5 mandaba un montón de veces y nunca dijo nada. En el fútbol fue un jugador que trabajó físicamente, que continuamente quería inventar cosas. Jugábamos al medio un toque, a los dos o tres toques uno salía porque le erraba, empezábamos 10 o 15 y quedaban Diego con el tucumano Meza, la tocaban en el aire 150 veces. Lo empujabas porque querías volver a empezar y la pelota no se le caía. Para mí fue maravilloso poder estar tanto tiempo con él. Para mí fue maravilloso haber estado tanto tiempo con él, compartir concentraciones y haber vivido campeonatos con él. Cuando no estuvo nos dimos cuenta que Dios nos regaló a Messi. Por eso cuando lo criticaban tanto decía: 'No se dan cuenta de los dos monstruos que tiene Argentina'.
- ¿Qué pensas del presente de las selecciones juveniles?
Cuando nosotros llegamos a la final contra la Unión Soviética, (César Luis) Menotti nos dijo: 'Ya para mí está, ya cumplieron. Jugaron como yo deseaba, fue el equipo que mejor interpretó. Este partido puede ser que no nos salgan las cosas, puede pasar'. Empezamos perdiendo 1 a 0 y ganamos 3 a 1. Le diría lo mismo a los chicos (del Sub 20), lo más importante fue todo lo anterior. Si el camino para llegar a la final hubiera sido sin lo bien que jugaron no les hubiera servido. Tienen que ir con la frente bien alta, son todos buenos jugadores, yo creo que les va a servir a toda la Selección. Capaz que jugás 10 partidos con los marroquíes y perdés uno que es la final. A la Selección, todo lo que es juveniles, es el paso previo a tener mayor cantidad de chicos ya preparados mentalmente a una forma de vivir el fútbol. Creo que Scaloni debe estar contento por lo que sucedió, salvo por la final. Jugaron muy bien, se tienen que quedar tranquilos, van a ser candidatos a jugar en el seleccionado.
- ¿Cómo es tu presente con el fútbol?
El fútbol para nosotros es una terapia. Tengo dos caderas operadas pero juego en GEBA. Hace algunas semanas jugamos con los 'chicos del juvenil'. Yo estoy dedicado a otra cosa, tengo el título de técnico pero estoy dedicado a los seguros de vida, pensión y asesoramiento sobre esa clase de tema. Pero nunca le escapo al fútbol. He hecho algunos llamados que me han llamado del exterior o charlas porque uno nunca está alejado del fútbol. Hace un tiempo estábamos jugando bajo la lluvia en Rio de Janeiro, es parte de lo que uno hizo profesionalmente y ahora trata de divertirse. Me gusta verlo, acompañar y todas las amistades que tengo vienen del fútbol.
