Platense campeón: las claves del equipo que hizo historia en el fútbol argentino

Las claves de Platense campeón del Torneo Apertura de la Copa de la Liga Profesional 2025. Los puntos más altos del 'Calamar', que se consagró por primera vez en su historia tras derrotar a Huracán en Santiago del Estero.

02 de junio, 2025 | 00.05

Platense se consagró campeón del fútbol argentino por primera vez en su historia, luego de vencer a Huracán por 1 a 0 en el Estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero por la final del Torneo Apertura de la Copa de la Liga Profesional. El conjunto de Vicente López, que había eliminado a Racing en octavos de final, a River en cuartos y a San Lorenzo en semis, alcanzó a disputar el duelo definitorio a pesar de finalizar sexto en su zona durante la fase regular. Con un trayecto difícil en la etapa eliminatoria, se presentó como revelación, se consolidó con el correr de los partidos y se erigió como justo ganador del certamen.

La principal virtud del equipo que dirige técnicamente la dupla conformada por Flavio Orsi y Sergio Gómez es la constancia. Jugó todos los duelos en condición de visitante y nunca llegó como favorito, aunque llegó a la final dejando a tres cuadros grandes en el camino. El juego aéreo y directo, la disciplina y el orden táctico (particularmente en defensa) y "el todo por sobre las partes" como regla inquebrantable fueron las claves en la histórica obtención de su primera estrella en la máxima categoría.

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Las claves del Platense campeón del Torneo Apertura 2025

Orden táctico: cerrar espacios y maximizar las ocasiones tras recuperación

El 'Calamar' apostó por un esquema táctico cerrado, con poco riesgo, en la búsqueda de robar la pelota ante el error del rival y aprovechar al máximo cada contraataque. Esta tendencia fue muy marcada en sus visitas al 'Millonario' y a la 'Academia', dos equipos a los que les costó romper el bloque bajo diseñado por la dupla Orsi-Gómez (lograron patear al arco cinco y tres veces en los 90 minutos, respectivamente).

La gran labor defensiva a nivel individual estaba contenida por la línea de cinco volantes que brindaba coberturas ante cualquier rompimiento del atacante contrario, a la vez que permitía doblar marcas y forzar pérdidas cuando se daba la situación. Uno de los que más sufrió esta "cárcel" creada por los de Vicente López fue Franco Mastantuono, acostumbrado a generar jugadas de peligro gracias a su desequilibrio y técnica individual.

Platense incomodó a todos sus rivales con su constante presión e intensidad a la hora de defender.

Sacrificio y gran desgaste físico

"No se puede jugar al fútbol sin correr", declaró Favio Orsi hace una semana en diálogo con el stream Azz. Los jugadores del 'Calamar', sostenidos por una gran fortaleza mental para no achicarse contra nadie, ganaron muchos duelos por insistencia e intensidad. Ante Huracán, la presión alta en todos los sectores inhabilitó la capacidad del 'Globo' de crear jugadas y lo obligó a dividir el balón con la dupla de centrales formada por Oscar Salomón e Ignacio Vázquez que estuvieron impasables, dos puntos altos en estos playoffs.

Pelota parada y juego aéreo

Tres de los cuatro goles que Platense convirtió en esta fase final surgieron de una pelota parada (contra San Lorenzo y Huracán) o de un centro (ante Racing); frente a River, el tanto fue causa de un error en la última línea del conjunto de Núñez. El cuadro de Vicente López atacó poco y atacó bien: bajo la premisa de un juego directo y con varios futbolistas pisando el área, hizo de la efectividad una de sus principales armas y la complementó a la perfección con su gran resistencia en el costado defensivo (recibió apenas un gol, desde un penal, en el último minuto de partido).

Cohesión y solidaridad: el enorme esfuerzo colectivo de Platense

Los puntos anteriores tienen como conector el enorme trabajo colectivo de Platense, orquestado por sus entrenadores y ejecutado por sus jugadores en el campo de juego. Formaron un plantel que no conoce de jerarquías o de nombres propios a la hora de presionar, de saltar a pelear de cabeza o de tirarse al piso en la disputa de una pelota. Todos trabajaron codo a codo y, por este motivo, lograron ser superiores (o al menos no ser superados) en todos los encuentros. Con lo colectivo como bandera, alcanzaron un logro histórico que quedará en las páginas doradas del club.