Milei lo hizo: los alquileres suben mucho más que la inflación del Indec

De acuerdo al CESO, en agosto los alquileres en CABA aumentaron, en promedio, un 4,2% y en el interanual, un 50% cuando la inflación acumulada del año es del 36%. 

16 de agosto, 2025 | 16.26

La desregulación total de los alquileres con la derogación de su marco legislativo incluido en el DNU 70/23 sigue generándole un dolor de cabeza a cientos de miles de familias en la Ciudad de Buenos Aires. A pesar de la prédica libertaria que celebra la caída de ese marco jurídico, alquilar sigue siendo una osadía.

El precio de los alquileres durante agosto se ajustó un promedio de 4,2%, según el último informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO). En la comparación interanual, el valor de un departamento de dos ambientes registró un alza del 50%, cuando la variación general de los precios según el Indec fue del 36,6%.

La conclusión es obvia. Sin ley de alquileres, los precios de los departamentos en la Ciudad de Buenos Aires aumentan mucho más que la inflación general. La industria de los bienes raíces festeja.

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Vivir solo cuesta un alquiler

La posibilidad de costear un alquiler en la Ciudad de Buenos Aires resulta una tarea cada vez más compleja; la licuación general de los ingresos – a pesar de la pretendida desinflación que no es tal- choca de lleno con un negocio – muchas veces especulativo – en el que pocos ganan.

En agosto, el CESO detectó una suba promedio del 4,2% en el precio de los alquileres en CABA. De esta manera, un monoambiente pasó a costar alrededor de 500.000 pesos por mes; los departamentos de dos ambientes quedaron en un promedio de 600.000 pesos por mes y los de tres ambientes, en 800.000 pesos. Las subas interanuales de los valores de estas unidades corren mucho más rápido que la pretendida inflación general que mide el Indec, que no contempla entre sus preguntas el valor de los alquileres.

El poder adquisitivo de la población, con empleos cada vez más precarios, termina siendo el principal escollo para acceder a un alquiler de calidad. Según los datos analizados por el CESO, el Salario Mínimo Vital y Móvil, que en agosto fue de $322.000, permite cubrir apenas el 64,4% de un alquiler, cuando un mes atrás se podía cubrir el 66% del precio mensual para una vivienda de dos ambientes. En diciembre del año pasado, con el SMVM se cubría casi el 70% del valor de un alquiler. La pérdida del poder adquisitivo de las familias es total.

Por otro lado, las expensas alcanzan, en promedio, el 23,9% del precio de oferta de un alquiler. El 25% del total de las viviendas publicadas se encuentra en dólares.

Los altos precios impiden a gran parte de la población alquilar siquiera un monoambiente medio, empujándoles hacia zonas con infraestructura y servicios de menor calidad. Si bien alquilar puede implicar problemas a la hora de obtener garantías o pagar las comisiones, el costo del alquiler es la primer -y en muchos casos-  la mayor barrera de ingreso”, puede leerse en el informe del CESO.

Inflación mata alquiler

La administración de La Libertad Avanza se ufana de los supuestos beneficios detrás de la derogación de la ley de alquileres, consumada en el DNU 70/23. Esos “beneficios” corresponde de manera excluyente a los dueños de las inmobiliarias. Para los inquilinos, las penas.

“Los hogares inquilinos se encuentran en una situación trágica y silenciosa. Las condiciones contractuales más los aumentos de los precios de los alquileres están ocasionando una crisis habitacional muy grave que de manera peligrosa puede transformarse en una crisis social”, sostuvo Gervasio Muñoz, de Inquilinos Agrupados.

La ley de alquileres se había sancionado en el medio de la pandemia (2020); entre sus disposiciones más relevantes, extendía la duración mínima de un contrato a tres años, limitaba las actualizaciones a una por año y creaba un indicar estandarizado para calcular las variaciones.

Esta legislación generó una fuerte resistencia por parte del sector inmobiliario, especialmente de los propietarios y agentes intermediarios, quienes consideraban que las medidas favorecían a los inquilinos y limitaban la rentabilidad de las inversiones. Sin embargo, ahora sin ley y con una desregulación absoluta, los alquileres viajan mucho más rápido que la variación general de precios. ¿Los perjudicados? Los mismos de siempre.

De acuerdo a un trabajo de Inquilinos Agrupados, entre julio de 2020 y diciembre de 2023, el precio de los alquileres se había incrementado un 444%, cuando la inflación acumulada de ese período había sido del 772%. La ley servía, Juan.

Sin normativa, ocurrió todo lo contrario. Entre noviembre de 2023 y julio de este año, los precios de los alquileres aumentaron un 494%, cuando la inflación acumulada fue del 254%. Por ende, los alquileres se ubicaron 240 puntos porcentuales por encima de la variación general de precios. El DNU 70/23 fue una estafa para los inquilinos.  

“El abrupto ajuste en el tipo de cambio oficial, la derogación de la Ley de Alquileres y la desaceleración de la inflación, impulsaron una recuperación de la oferta en el mercado inmobiliario. Sin embargo, mientras la flexibilización de las condiciones contractuales hizo que la oferta aumentara, la caída del poder adquisitivo y la desregulación de los aumentos, impactaron negativamente en la demanda”, concluyó el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).