En la era Milei, los dólares del Banco Central no dejaron de volar básicamente por los pagos en la cuenta turismo y por las importaciones. A esto se le suma la imposibilidad de volver a salir a los mercados voluntarios de crédito, con un Riesgo País clavado en los 650 puntos. Tampoco ayuda el saldo comercial, que se muestra cada vez más exiguo. Y como si fuera poco, lo agroexportadores adelantaron la mayor parte de su liquidación de divisas al primer semestre del año por la baja de las retenciones en soja, por ende, se proyecta una mayor sequía de la moneda norteamericana de cara a las próximas elecciones y el cierre del año.
Con todas estas variables sobre la mesa se entiende mejor la decisión oficial de liberar todo tipo de controles fiscales para que se vuelquen en la “economía real” los dólares del colchón.
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Dificultades
El anuncio de las medidas para reforzar la competencia de monedas consistió en la reducción del control el Estado sobre los gastos de los contribuyentes, mediante menores requerimientos de información (aumentos en los topes a informar de gastos y consumos) que debe proveerse a la agencia de recaudación, ahora conocida como ARCA.
El objetivo de esta medida es que los ahorristas puedan volcar sus stocks al sistema financiero sin que se les solicite información de su proveniencia, pero todavía no se anunciaron los incentivos específicos al uso de moneda extranjera.
La clave de toda esta movida es que faltan dólares en la economía, teniendo en cuenta que luego de haber recibido un nuevo desembolso millonario del Fondo Monetario Internacional, las reservas no solo dejaron de incrementarse sino que cayeron.
El Gobierno sigue sin sumar dólares ni tampoco puede recomponer el Riesgo País para llevarlo a los valores que permitan una nueva salida a los mercados voluntarios de crédito. En esta línea, el Riesgo País continúa 100 puntos básicos arriba del mínimo del año y sin lograr perforar el piso de 650 puntos. Milei definió como marca para volver a los mercados internacionales los 550 puntos.
“Este valor parece demasiado alto, dada una tasa libre de riesgo SOFR que se encuentra en 4,3%, por lo que implica tomar endeudamiento por tasas cercanas al 10% anual. No debe perderse de vista que los cupones de la deuda en dólares de Argentina actualmente oscilan entre el 0,75% anual (GD30) y el 5,0% (GD38). Un roll-over al doble de tasas implicaría un deterioro significativo no solo de las cuentas fiscales sino también de las cuentas externas”, puede leerse en el último informe de la consultora Vectorial.
Señales
La Argentina sigue siendo un colador de dólares, donde los depósitos privados se mantienen estancados luego del ingreso generado por el primer blanqueo de la era Milei. Los mismos se encuentran por debajo de los 31.000 millones de dólares, lejos del récord alcanzado en noviembre pasado. Tras del fin del cepo, tampoco hubo una entrada masiva de capitales extranjeros para hacer carry trade, como probablemente esperaba el Gobierno.
Según los últimos informes del mercado cambiario que publica BCRA, los dólares se fueron por la cuenta turismo y el pago de importaciones, ante una política oficial que permitió vender billetes baratos.
La cuenta servicios, que incluye el pago de consumos con tarjetas de crédito y turismo, es una clave de lectura para comprender el contexto. En marzo – último dato consolidado hasta el momento- se fueron 799 millones de dólares, mientras que en febrero salieron por este canal otros 1038 millones; en enero fueron 1187 millones.
En la comparación anual, la salida de divisas por servicios al tercer mes del año fue superior en un 400%. En marzo de 2024 habían salido apenas 158 millones de dólares.
La otra cuenta que demandó muchas divisas y sigue haciéndolo son los pagos por importaciones. En el primer trimestre del año, se pagaron 16.741 millones de dólares contra 5.351 millones para el período enero – marzo 2024. El alza fue del 212%.
El último informe del Indec dio cuenta de un exiguo saldo comercial, donde las exportaciones avanzaron tan solo un 2,3% mientras que las importaciones lo hicieron en el 37%. El resultado comercial del mes fue de apenas 204 millones de dólares.
“Si bien se puede observar que el tipo de cambio real se encuentra apreciado (evolucionó por debajo de la inflación) y que las cantidades exportadas tampoco son sensiblemente superiores como para explicar semejante desempeño, cabe destacar que durante los primeros 4 meses del año, la recaudación de los derechos de exportación es un -7,2% menor a la del mismo periodo en 2024. ¿Qué sucedió entonces en abril? Una posible explicación es que, durante los primeros meses del año pasado, los exportadores hayan adelantado la liquidación de sus ventas principalmente a enero, dejando para los meses posteriores una base de comparación lo suficientemente baja para explicar los resultados actuales”, concluyeron desde Vectorial.
En un informe de esta semana, la Bolsa de Comercio de Rosario confirmó este diagnóstico: “La liquidación de divisas del agro para 2025 no solo se proyecta en niveles elevados en términos anuales, sino que también mostraría un perfil más concentrado en el primer semestre del año acentuado por la reducción temporaria de las alícuotas de derechos de exportación para los principales productos agroindustriales, una medida vigente hasta el 30 de junio de 2025”, concluyó el trabajo de la BCR”.
Ante este escenario, parece lógico que desde el Gobierno nacional hayan sacado de la galera una medida para incorporar en la economía los dólares del colchón.
“La medida anunciada busca que los dólares del colchón salgan a la luz, más que para reactivar el consumo, para que haya dólares en la economía. Esto en el marco que al gobierno le sigue costando conseguir divisas vía endeudamiento (riesgo país estancado en 700), un saldo comercial que se viene achicando mes a mes y desde enero, si no fuera por vaca muerta, tendríamos déficit comercial externo”, sostuvo en diálogo con El Destape el economista Haroldo Montagú.